El Banco de Inglaterra (BOE por sus siglas en inglés) ha decidido poner freno a su inversión en ámbitos de cambio climático, y quitará importancia a este ámbito. Aunque no dejará de lado este pilar, según ha informado Bloomberg, la entidad británica ha realizado un cambio en sus prioridades para que sus políticas internas estén más centradas en las operaciones principales del banco; es decir, la estabilidad financiera, los mercados globales y monedas digitales. Había sido la pionera al incorporar objetivos climáticos a su política monetaria.
En los últimos meses, la inflación ha aumentado cinco veces un 2% del objetivo inicial del Banco, lo que ha dejado como consecuencia presión y críticas hacia el actual gobernador del BOE, Andrew Bailey. En consecuencia, Bailey ha optado por disminuir la inversión en áreas de cambio climático y centrar su mandato en controlar la inflación e identificar potenciales amenazas a los mercados financieros.
Actualmente el BOE estaba enfocando gran parte de sus actividades a divulgar temas relacionados a los ESG (gobierno ambiental, social y corporativo) y han apostado gran parte de su tiempo y dinero en promover y desarrollar estos temas en los bancos y economías mundiales. Hace poco menos de un año el vicegobernador de la entidad, Sam Woods, aseguraba que “los riesgos climáticos se convertirán en un lastre persistente para la rentabilidad de los bancos y las aseguradoras, especialmente si no los gestionan de manera eficaz".
Woods también instaba a que los bancos y aseguradoras aumentaran el volumen de financiación a los sectores de la economía menos intensivos en carbono para que la transición energética sea más efectiva. Esta mentalidad 'verde' que había optado el Banco de Inglaterra, había sido adoptada por el antiguo gobernador del Banco, Mark Carney, quien basó su mandato en la gran apuesta por el cambio climático.
Durante su periodo en el banco, Carney fue apoyado por el gobierno británico y crearon la red de ‘Greening the financial system’ (Ecologización del sistema financiero) agrupación de la que forman parte los principales bancos centrales. Su objetivo es acelerar la ampliación de las finanzas verdes y poner a los bancos en un papel principal dentro del movimiento para la descarbonización.
El recorte presupuestario ya está decidido y forma parte de la restricción anunciada en diciembre pasado.
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