Pide más colaboración privada

Hidrógeno verde, tecnologías... la batalla del sector de la aviación por el 'net zero'

Compañías como Boeing o Airbus están apostando por nuevos biocombustibles y modelos SAF (Sustainable Aviation Fuel) para conseguir los propósitos de descarbonización en los próximos años. 

Compañía Boeing
Hidrógeno verde, tecnologías... la batalla del sector de la aviación por el 'net zero'. 
EFE

Si se trata de transición energética, el sector de la aviación es uno de los más buscados por los activistas y agentes climáticos para que reduzcan sus emisiones. El sector representa entre un 2,5% y un 3,8% de emisiones a nivel global, y la industria comienza a pisar el acelerador fijándose el objetivo de reducir sus emisiones de CO2 en un 50% para 2050. Combustibles de hidrógeno verde, objetivos 'net zero', otros modelos de biocombustibles y diversos hitos marcan la hoja de ruta que se plantean para conseguir sus propósitos. Ahora la tarea está en aumentar la producción de combustible ‘verde’ para reducir tanto emisiones como costes de fabricación, además de seguir apostando por nuevas tecnologías que permitan renovar las flotas de aviones introduciendo más cambios sostenibles.

Hace unos días, la asociación que visibiliza el trabajo de las mujeres en el sector aeroespacial, Ellas Vuelan Alto, organizó un encuentro junto al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), para hablar sobre el ‘Hidrógeno, el camino para la aviación cero emisiones’. Durante el evento, diversos agentes del sector pusieron sobre la mesa su opinión respecto a las nuevas tecnologías y el camino de la industria para la descarbonización. En España, el recorrido ha sido extenso y empresas como Airbus y Boeing han comenzado a aplicar estas tecnologías de combustibles alternativos para llegar al 'net zero' en 2050. 

Ambas compañías están apostando por nuevos combustibles como el SAF (Sustainable Aviation Fuel). Se trata de un queroseno que, aunque sigue emitiendo CO2, reduce notablemente las emisiones provocadas. Actualmente Airbus tiene el 50% de sus aviones certificados con SAF y en los próximos años espera que la totalidad forme parte de esta flota ‘verde’. Boeing, por su parte, ha puesto en su línea de trabajo enfocarse en este combustible y seguir con más investigaciones sobre el hidrógeno para, en un futuro, poder implementarlo a gran escala. El único problema que existe actualmente, según los expertos, es que no hay producción suficiente de SAF... y sobre todo, que tiene unos elevados costes. 

“El reto tecnológico para el sector no es tan alto, pero sí necesitamos SAF a un coste razonable para poder seguir con nuestros objetivos”, comenta Carmen Vellisco, la directora técnica del NPE demo-Axon en Airbus UpNext. Según explica Vellisco, cuando se observe a nivel global la necesidad de usar este sistema, habrá muchas empresas que se dediquen a su producción y, por ende, habrá más disponibilidad de productos a mejores precios. “Es un tema de mercado que se debe solucionar. No tenemos la cantidad que necesitamos, el precio es muy alto y tenemos que salvar esos escollos, pero estamos convencidos de que podremos lograrlo”. Y es que, la experta considera que será uno de los protagonistas para la transición energéica junto al hidrógeno verde. 

Airbus y Boeing se encuentran realizando investigaciones y procesos de aplicación de este elemento en sus modelos. El ingeniero de Boeing Research & Technology Europe, Eduardo Ferreyra, comenta que en la compañía ya han desarrollado demostradores y en 2008 lanzaron el primer avión con combustible de hidrógeno que pudo volar por los cielos de Madrid. “A raíz de este demostrador, se llevarán a cabo nuevos proyectos de investigación, se estudiará más sobre el tema y así podremos crear modelos que podremos extrapolar a otros sectores de la industria”, señala. Esta tecnología se basa en la generación de hidrógeno a través de un proceso químico conocido como electrólisis, que según estudios de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), ahorraría 830 millones de toneladas anuales de CO2 que se originan por los combustibles fósiles.

Para ello, Europa también ha liderado diversas investigaciones para potenciar la creación y uso de este elemento. El comisionado para el PERTE Aeroespacial en el Ministerio de Ciencia e Innovación, Miguel Belló, ha comentado a La Información que “por fin hay una mentalidad a todos los niveles de que es fundamental reducir la huella de carbono, en todo el transporte, y en particular de la aviación”. La Unión Europea han implementado hitos específicos que buscan la descarbonización para 2050, lo que permitirá reducir un 90% las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) a 2050 con respecto a 1990. 

"En Europa y en España, comparado con Estados Unidos, las inversiones público-privadas son muy bajas. Poco a poco algunos fondos han decidido apostar por ello, pero es uno de nuestros grandes déficit", dice Miguel Belló

Belló también indica que uno de los retos que tiene que afrontar el sector es la falta de colaboración público-privada en ámbitos de inversión. “En Europa y en España, comparado con Estados Unidos, ese tipo de inversiones son muy bajas. Poco a poco algunos fondos han decidido apostar por ello, pero es uno de nuestros grandes déficits”, sentencia. Actualmente el país se mueve principalmente con inversión pública y uno de los objetivos de la Agencia Espacial Española, agencia estatal responsable, en el ámbito espacial, de contribuir a la seguridad nacional, promover la investigación científica y la industria, será fomentar esta cooperación para poder conseguir más hitos en la aviación.

Existen otros métodos que se han planteado desde el sector. El biocombustible puede tener otros métodos de producción, más allá del hidrógeno verde, como su obtención a partir de la biomasa, o el proyecto presentado por la Unión Europea (UE) ‘Rewofuel’, que busca demostrar la viabilidad técnica, medioambiental y socioeconómica de la transformación de residuos vegetales en combustibles sostenibles. Otras compañías apuestan por los aviones eléctricos y se espera que para 2030 ya se consolide como una tendencia de construcción en esta área de movilidad. “Es muy difícil poder hacer esta transición de golpe. La adaptación del vuelo, el mantenimiento, es muy grande el abanico que hay que abarcar, y requiere bastante tiempo. Estamos andando en ese camino pero nos queda un gran recorrido”, finaliza Ferreyra.

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