Andalucía a la cabeza

Ninguna región sin su valle del hidrógeno: la transición que nadie quiere dejar pasar

España se llena de proyectos incentivados por las grandes compañías del sector y al calor del H2Med, el primer corredor de hidrógeno verde de la UE que haría posible el transporte desde el país de dos millones de toneladas.

Recurso hidrógeno.
Ninguna región sin su valle del hidrógeno: la transición que nadie quiere dejar pasar.
Europa Press

La apuesta gubernamental por el hidrógeno tiene su principal muestra en el proyecto H2MED, el corredor europeo pactado por los presidentes de España, Portugal, Francia y Alemania para garantizar el suministro energético al centro de Europa tras el cierre del grifo de gas procedente de Rusia. 

El H2MED, actualmente en desarrollo, contempla la construcción de nuevas interconexiones entre España y Portugal, así como la conexión submarina entre Barcelona y Marsella. La inversión total asciende a 2.500 millones de euros y está pendiente de ser incluido en la lista de proyectos de interés comunitario de la Comisión Europea para poder recibir financiación. De forma simultánea, España tiene un plan en marcha para desarrollar su red troncal de hidrógeno. El operador del sistema gasístico, Enagás, ya ha dibujado la que será la red troncal nacional de hidrógeno verde en 2030. Serán casi 3.000 kilómetros de hidroductos que recorrerán el país a través de varios ejes y que aspiran a convertir el país en el primer 'hub' de H2 renovable de Europa.

En este sentido, Cepsa ha puesto en marcha el Valle Andaluz del Hidrógeno Verde. Según la empresa, es el proyecto más ambicioso de hidrógeno renovable de España y uno de los más importantes de Europa, que permitirá acelerar la transición ecológica y conseguir una mayor independencia energética del continente. El proyecto, que supone una inversión de 3.000 millones de euros, creará dos nuevas plantas de generación de hidrógeno verde en los energy parks en Palos de la Frontera (Huelva) y San Roque (Campo de Gibraltar, Cádiz), que contarán con una capacidad total de 2 GW de electrólisis y se pondrán en marcha en 2026 y 2027, respectivamente. 

300.000 toneladas al año

Según la petrolera, estas plantas producirán hasta 300.000 toneladas de hidrógeno verde al año, lo que impulsará la fabricación de biocombustibles de segunda generación para la aviación (SAF), el transporte pesado terrestre y el marítimo. Además, harán posible el desarrollo de productos derivados como el amoniaco y metanol verdes, que contribuirán especialmente a la descarbonización de los clientes de la empresa. Cepsa ya ha firmado con Getec su primer acuerdo comercial para exportar hidrógeno verde.

De su lado, la sede del Valle del Hidrógeno de Cataluña, la entidad para impulsar la transición energética hacia el hidrógeno en la región, se ubicará en el Puerto de Tarragona. Está formado por 184 empresas, 43 entes públicos, 23 asociaciones y 'clusters', y 13 centros de conocimiento e investigación. Repsol y Enagás destacan entre los que componen el consorcio, que diseñará "el mayor electrolizador" del país para abastecer de hidrógeno renovable al polo petroquímico de la localidad catalana. La instalación tendrá una capacidad de 150 megavatios (MW) en su primera fase y se pondrá en marcha en 2025. La segunda fase, que podría empezar en 2027, incrementará la producción total hasta un gigavatio (GW). La inversión estimada es de unos 230 millones de euros, a los que podrían sumarse 80 millones adicionales para instalaciones de almacenamiento eléctrico.

H2 verde para la industria asturiana

En Asturias, el desarrollo del hidrógeno verde va íntimamente ligado a la industria minera de ArcelorMittal. La siderúrgica logró a principios de abril que el Gobierno le concediera una subvención directa de 450 millones de euros correspondientes al PERTE de Descarbonización para el proyecto HyDeal, del que forma parte junto a otras compañías. Esta iniciativa pretende tener un carácter 'circular', de modo que la producción de H2 realizada mediante electrólisis pueda abastecer su complejo siderúrgico y así producir acero 'verde'

En la propuesta también participa Fertiberia, que junto a la gran industria asturiana será la principal compradora de esta energía limpia, adquiriendo hasta 6,6 millones de toneladas de H2 renovable en las próximas dos décadas para producir amoniaco o fertilizantes verdes. El objetivo de esta producción pasa por conseguir generar energía a precios competitivos respecto a otros combustibles fósiles gracias al volcado energético de distintas plantas solares del norte de España. Con fecha de arranque en 2025, espera contar con una capacidad instalada de 9,5 GW y una potencia de suministro de 7,4GW para el 2030. 

El norte no se queda atrás

Sus vecinos de Cantabria tienen en marcha el proyecto "Bahía H2 Offshore", valorado en 7,8 millones de euros y que busca generar hidrógeno y amoniaco verde mediante renovables flotantes, en este caso eólica marina o solar fotovoltaica. Para llevarlo a cabo se construirá una plataforma flotante a escala y se hará uso de las instalaciones del puerto de Santander, con la vista puesta en generar, en el futuro, combustible para barcos. 

También en Galicia se ha proyectado un hub de hidrógeno renovable de hasta 200 MW de la mano de Naturgy, Repsol y Reganosa. La alianza, firmada en diciembre del año pasado, tiene previsto abastecer a la refinería que tiene Repsol en A Coruña y se situará en el municipio de Cerceda, próximo a la antigua central térmica de Meirama. En un inicio contará con una potencia de 30 MW, escalable en distintas fases hasta alcanzar los 200 MW y capaz de producir 4.000 toneladas en su primera etapa y hasta 30.000 una vez completada. 

Pero si hay una región que tiene bien avanzados sus planes, esa es el País Vasco. Petronor y Repsol lideran el Corredor Vasco del Hidrógeno, una iniciativa que ha logrado unir a la gran industria vasca junto a instituciones y asociaciones sectoriales para fomentar un cambio en su paradigma energético. A día de hoy, las 52 empresas que lo integran ya tienen 46 proyectos en marcha y aspiran a movilizar inversiones por valor de 1.300 millones de euros. Entre las participantes se encuentran las cotizadas CAF, Ferrovial o Talgo,  así como grandes electrointensivas como Sidenor. 

BP arranca motores en Castellón

En la Comunidad Valenciana, es BP quien lidera la iniciativa, aprovechando la presencia de su refinería en Castellón y el vínculo con importantes consumidores electrointensivos como son las industrias cerámica y textil. De esta forma, el pasado mes de febrero presentó HyVal, el cluster del hidrógeno con el que la región levantina aspira a desarrollar hasta 2 GW de capacidad de electrólisis antes del año 2030. El plan de BP pasa por sustituir el uso de hidrógeno gris en sus instalaciones por hidrógeno verde, que también será usado en la producción de biocombustibles para la aviación (SAF). 

Los planes ya presentados contemplan una inversión de hasta 2.000 millones de euros en varias fases. La primera, prevista para 2027, implica la instalación de una planta de electrólisis de 200 MW capaz de producir 31.200 toneladas de H2 verde al año. En una segunda fase, esta capacidad se ampliará hasta alcanzar los 2 GW, abasteciendo la demanda regional y pasando a exportar a otros territorios. La Comunidad Valenciana también forma parte del corredor H2MED, para lo cual el gobierno de Ximo Puig ha formalizado con Enagás un convenio para la construcción de 450 kilómetros de hidroductos por la región, valorados en 575 millones de euros. 

Cartagena, un proyecto por definir

El gobierno de la Región de Murcia también ha liderado la puesta en marcha de un valle del hidrógeno verde en Escombreras. Coordinados a través de una plataforma, 26 empresas con sede en la región, entre las que se encuentran la propia petrolera, Enagás renovable, Soltec, Primafrío, Engie o Estrella de Levante se han sumado para tratar de acometer proyectos tractores para la industria murciana. Repsol, propietaria de la gran refinería junto a Cartagena, ya anunció en noviembre de 2021 2021 la construcción de un electrolizador de 100 MW de capacidad en una primera fase dedicado a la descarbonización de las empresas situadas en su entorno. 

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