Sienta un precedente en Europa

Macron blinda el coche eléctrico 'made in Europe' para hacer frente a la oleada china

El jefe del Elíseo ha trazado un plan para proteger los vehículos eléctricos de producción continental, imponiendo una serie de requisitos que dificultan el acceso de los coches chinos a su programa de ayudas para la compra.

Macron posa montado en el coche
Macron blinda el coche eléctrico 'made in Europe' para hacer frente a la oleada china
Renault

La oleada masiva de vehículos chinos en Europa ha encendido todas las alarmas de la industria europea. Las grandes marcas del gigante asiático se han apoyado en el plan verde de Bruselas para desembarcar sus tropas encabezadas por los coches eléctricos en el Viejo Continente. Ante esta coyuntura, países como Francia se han visto obligados a tomar cartas en el asunto y moldear su política para defender la producción de vehículos eléctricos 'made in Europe'.

El pasado jueves, Emmanuel Macron adelantó una nueva estrategia para restringir el acceso al denominado 'bono ecológico', un programa que contempla ayudas de hasta 7.000 euros para comprar coches eléctricos que no superen los 47.000 euros y que le cuesta al Estado francés 1.200 millones de euros al año. Este nuevo plan no pasa por excluir directamente del programa a los automóviles de fabricación extranjera, ya que infringiría las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC), sino más bien por privar de las subvenciones a los vehículos que no cumplan una serie de requisitos ambientales.

Estos criterios, sin duda, favorecen a los fabricados en el Viejo Continente. Pues, a pesar de que China es el mayor productor de vehículos eléctricos en todo el planeta, su ‘mix’ energético depende aún en gran medida del carbón. Aquí reside la clave del plan trazado por Macron, quien sostiene que los vehículos y baterías que se producen en Francia y Europa generan una "mejor huella de carbono". "Quiero hacer de Francia el primer país europeo en reconsiderar las condiciones de acceso al bono ecológico para que se tenga en cuenta la huella de carbono de la fabricación de vehículos", destacó el presidente galo en un encuentro en el Palacio del Elíseo con figuras claves del sector industrial.

"No se trata de proteccionismo, pero no queremos usar el dinero de los contribuyentes franceses para acelerar la industrialización fuera de Europa", esgrimió el jefe del Elíseo, no sin antes advertir de que no permitirá que se "repliquen los errores del sector fotovoltaico, donde se creó una dependencia de la industria china que hizo prosperar a sus fabricantes", sepultó. Ahora, el Gobierno francés tiene hasta finales de año para diseñar los criterios de este renovado programa de ayudas, donde también se revisará la integración de materiales reciclados o de origen biológico en la producción de vehículos y se evaluará desde la batería hasta la construcción del motor, según detalló su cartera de Economía.

Fuerte impacto económico para la industria europea

Para entender el impacto económico que supone el potencial ritmo de crecimiento de los productores chinos, la aseguradora Allianz Trade ha publicado un informe. que cifra en 7.000 millones de euros anuales las pérdidas conjuntas que afrontaría la industria europea para 2030 ante este escenario. Según dicho informe, la solución está en manos de las autoridades europeas, que deben afrontar la situación estableciendo aranceles recíprocos sobre las flotas llegadas tanto del país asiático como de Estados Unidos. 

No obstante, el desafío podría ir más allá del suelo europeo. El análisis realizado por la aseguradora muestra como a medida que expanden sus fronteras por Europa, los fabricantes chinos incrementan su cuota de mercado nacional y alejan de la ecuación a las marcas europeas asentadas en su país, que empiezan a reducir significativamente sus ventas en territorio chino.

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