Conferencia anual PRI

La inversión sostenible renuncia a darse de baja de la ruta al Acuerdo de París

La guerra en Ucrania ha dado alas a quienes señalan que es imposible limitar el calentamiento global a los 1,5º en 2050. Sin embargo, la industria confía en que cumpliendo metas a 2030 y con tecnología se logrará.

El grupo PRI discute los requisitos para intentar alcanzar el Acuerdo de París.
El grupo PRI discute los requisitos para intentar alcanzar el Acuerdo de París.
Europa Press

Principles for Responsible Investment (PRI), la red de inversores internacional financiera bajo el paraguas de la ONU que trabaja en unificar la inversión responsable, no está por la labor de rendirse ante el desafío de mantener vivos los objetivos del Acuerdo de París a pesar de la guerra en Ucrania y la crisis energética, según se defendió durante la conferencia presencial que celebró hace pocos días en Barcelona. 

De acuerdo con Goldman Sachs, los participantes concluyeron que, “a pesar de los titulares que dicen lo contrario”, el objetivo de conseguir los 1,5 grados centígrados que plantea el Acuerdo de París es factible. Fatih Birol, el director ejecutivo de la Agencia Internacional de Energía, entiende que el plan para 2050 es complicado, pero lo considera posible si una vez alcanzada la meta de emisiones de 2023, se sigue invirtiendo en nuevas tecnologías y normativas que protejan y sostengan el objetivo.

La manera que tienen los inversores de participar en estos objetivos sostenibles es, según los integrantes de PRI, alentando a las empresas a identificar e informar sobre los temas sociales delicados e importantes. Los gestores tienen el poder de presionar los movimientos de las empresas en función de la participación que tienen en esta, mediante las estrategias de engagement.

Por ello, desde PRI apuestan por no optar por la desinversión, “no debería ser la primera opción”, aseguran, para no olvidar el camino hacia las cero emisiones. De hecho, los accionistas cada vez ponen más el foco en las medidas que contribuyen a la transición ecológica y esto tiene un impacto directo en las estrategias de las compañías.

En este proyecto hacia la sostenibilidad, la regulación legislativa también ha tenido, y tiene, un papel fundamental. Goldman Sachs destaca en su informe sobre las sesiones de la conferencia de PRI que “a pesar de los debates sobre la relevancia y la utilidad de la inversión ESG, la regulación comercial y política para la transición verde siguen aumentando”.

En este sentido, pone como ejemplo de ello las normas de acción climática de la SEC (regulador del mercado financiero estadounidense), las medidas tomadas por el FSOC (Consejo de Supervisión de la Estabilidad Financiera, por sus siglas en inglés) en EEUU, los criterios de idoneidad de MiFID (Directiva de Mercados de Instrumentos Financieros, por sus siglas en inglés), y la CSRD (Directiva sobre informes de sostenibilidad empresarial) en la Unión Europa, entre otros.

Por otra parte, para conseguir todas estas metas internacionales se ha discutido sobre el papel que deben tener los mercados de los países emergentes, considerando que la colaboración entre estos y los más desarrollados es fundamental. Algunos han optado por una posición más protectora respecto a estas economías, mientras que otros han sido más exigentes. Respecto a este asunto, durante la conferencia se discutió el papel de la COP27 que, aunque se reconoce que se han tenido proyectos menos ambiciosos que en la COP26, la precisión en las medidas tomadas han garantizado más su cumplimiento.

Sin embargo, durante las jornadas de ‘La mayoría de edad para la inversión sostenible’ los participantes han declarado que han echado en falta que se definan y aclaren de forma más exacta las posiciones de los Gobiernos respecto a los programas que se plantean llevar a cabo acerca de las economías emergentes, a parte del compromiso por parte de los más desarrollados de apoyar en la descarbonización de los países.

Un fondo de apoyo a los más vulnerables

Durante la conferencia climática en Egipto se aprobó la creación de un fondo de financiación de daños climáticos para los países en desarrollo, en el contexto de la crisis climática. Tal y como ha recordado PRI, los gobiernos formarán un “comité de transición” para asesorar sobre cómo poner en marcha los nuevos arreglos de financiación y el fondo en la COP28 el próximo año.

“Las partes también pondrán en funcionamiento la financiación para pérdidas y daños, para apoyar la asistencia técnica a los mercados emergentes, que son particularmente vulnerables a los efectos adversos efectos del cambio climático”, han explicado.

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