La legislación europea cada vez suma más planes al Pacto Verde, muchas de las medidas afectan de forma directa a la producción y al consumo de la moda. Por su parte, la normativa nacional sigue los pasos internacionales con leyes que aseguran que a partir del primer trimestre de 2023 todo lo que se confeccione deberá tener una segunda vida.
Son cambios dirigidos a cumplir con el tope que la Comisión Europea ha puesto para 2030, conseguir que todos los productos textiles en la UE sean “de larga duración, reciclables y estén fabricados en la medida de lo posible con fibras recicladas, sin sustancias peligrosas y producidos respetando los derechos sociales y el medio ambiente”, según indica la propia CE.
Pero mientras pasan estos siete años y las demás leyes de responsabilidad medioambiental siguen presionando, las exigencias de los consumidores también cambian, “cada vez optan por empresas que trabajen con un cuidado mayor sus productos”, explica Paloma G. López, presidenta de la Asociación Española para la Sostenibilidad, la Innovación y la Circularidad en Moda.
Esto provoca el nacimiento de formas de consumo responsables con el impacto medioambiental, y totalmente innovadoras en el mundo digital. Symbia es una plataforma que se encarga de poner en contacto a particulares para alquilar prendas del mayor armario del mundo: el de todos. Es decir, la aplicación es responsable de poner en común perfiles de usuarios para coger prestado y prestar a otros ropa de evento.
La 'start up' ha surgido como propuesta de freno al consumo del ‘fast fashion’ y como apuesta por la economía circular para “ser parte del cambio en el paradigma de consumo feroz que existe actualmente”, asegura la marca. “Confiamos en que el alquiler sea la solución a la insostenibilidad que supone actualmente el consumo textil”, añade.
Además, busca ofrecer una experiencia al usuario lo más cómoda posible, desde el servicio de recogida y entrega, hasta el de tintorería 'eco-friendly', "un taller artesanal que comparte nuestros valores y apuesta por un modelo de negocio responsable con el medio ambiente utilizando productos respetuosos tanto con las prendas como con el medioambiente", asegura la nueva empresa.
De hecho, a esta nueva tendencia de consumo se han sumado marcas como Adolfo Domínguez, que en vez de dejar el alquiler de sus colecciones en manos de particulares, es la propia firma la que facilita ese servicio a través de la plataforma Borow, aunque con solo 11 prendas de momento.
"Al ser alquiladas garantizamos que serán utilizadas"
Sin embargo, ¿por qué alquilar una prenda en lugar de comprarla de segunda mano?, desde Symbia explican que “el alquiler, de productos para ocasiones especiales a los que les solemos dar un uso o dos, ofrece una mayor ventaja que la venta de segunda mano, ya que, al ser alquiladas garantizamos que serán utilizadas. Mientras que la venta, incluso de segunda mano, puede seguir perpetuando este modelo de consumo a la par que los propietarios rentabilizan su prendas”.
Asociaciones como la presidida por Paloma G. López apoyan iniciativas así, ya que, explica, “realmente el tema es reducir el consumo y reducir la producción. Es el objetivo que perseguimos como moda sostenible: producir menos, producir mejor y dar un uso más amplio a las prendas”.
Respecto a estas innovaciones España va pisándole los talones a otros países europeos, G. López revela que “en Europa lleva muchos años desarrollándose, de hecho hay 'bibliotecas de vaqueros' - establecimientos en los que coges prestadas prendas de vaquero durante un tiempo determinado- y proyectos de alquiler, sobre todo de ropa infantil”.
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