En línea con el Pacto Verde

La UE mueve ficha en el mercado de los coches eléctricos con China debilitada

El gigante asiático está sufriendo las consecuencias del cese de las ayudas deL estado al coche eléctrico, al mismo tiempo que los 27 impulsan una industria automotriz más verde en línea con el Pacto Verde. 

La UE mueve ficha en el mercado de los coches eléctricos con China debilitada
La UE mueve ficha en el mercado de los coches eléctricos con China debilitada
LUIS MARTINS

En los últimos años, la demanda del vehículos se ha ido transformando para seguir el paso de un objetivo mundial común: reducir las emisiones de C02. De esta forma, los vehículos de bajo consumo de combustible, los híbridos y, por último, los eléctricos han ido abriéndose paso discretamente en el mercado del automóvil, ganando terreno a los vehículos convencionales. Este se ha convertido en una carrera internacional. Y, aunque China ha acaparado este mercado desde el primer momento, parece que los tiempos están cambiando y la UE va ganando terreno al gigante asiático.

Tal y como señala el informe 'Global EV Outlook 2021' elaborado por la Agencia Internacional de la Energía (IEA), en 2020 el stock mundial de automóviles eléctricos alcanzó los 10 millones, un aumento del 43% con respecto a 2019. Un estudio más reciente, del 2022, demuestra un patrón de rápido crecimiento en este mercado, con unas ventas en 2021 que llegaron a duplicar las del 2020. De esta forma, se ha pasado de vender 120.000 coches eléctricos anuales en el 2012 a superar semanalmente esas ventas en el 2021. 

China monopoliza la producción de baterías y microchips

En vista del Covid-19 y del arranque de la guerra ucraniano-rusa, la electrificación del automóvil dio varios tumbos, amenazada por la paralización de las cadenas de suministro de materiales críticos, tan imprescindibles para la producción de los microchips y baterías que dan vida a los vehículos eléctricos. El documento “La energía verde depende de Minerales críticos. ¿Quién controla las cadenas de suministro?” realizado por Peterson Institute for International Economics apunta que China, Vietnam y Rusia acumulan el 70% por ciento de las tierras raras.

En esta línea, según Bloomberg New Energy Finance, la cuota de China en la capacidad mundial de producción de baterías de iones de litio habría alcanzado el 77% en 2022, con seis de los diez principales fabricantes de baterías actuando en este país. Para 2027, se espera que la capacidad mundial total se multiplique por ocho, y es probable que la segunda economía mundial mantenga su dominio con una cuota de mercado en el entorno del 69%.

Gracias a su especial geografía y al tamaño de su industria, China ha sido el país que más se ha beneficiado de la creciente demanda de los eléctricos, liderando el aumento en las ventas de estos vehículos en 2021 y poniendo en riesgo el papel de Japón en la industria automovilística. En 2021 se vendieron más vehículos eléctricos en China (3,3 millones) que en todo el mundo. Además, China acumuló hasta el 95% de las nuevas matriculaciones de vehículos eléctricos de dos y tres ruedas y el 90% de nuevos registros de autobuses y camiones eléctricos, según IEA.

Europa, ¿camino al liderazgo?

Aunque China ha conseguido mantener a raya, por ahora, la competencia de la Unión Europea que, según la Comisión, se ve obligada a importar hasta un 65% de las materias primas necesarias para la electrificación, un importante cambio en la política del gobierno de Xi Jinping podría haber impulsado la vuelta al ruedo de la UE.

Y es que aunque la industria China ha sabido responder muy bien a la creciente demanda de los “eléctricos”, el éxito se debe en gran parte en las subvenciones del Gobierno que buscaban el abaratamiento de estos vehículos. El Ejecutivo comenzó a subvencionar a la industria de los coches eléctricos en 2009, sin embargo, tras un gasto de 15.000 millones de dólares, China puso fin a estas ayudas en el 2021.

Sin las ayudas del estado, la industria de coches eléctricos en China se enfrenta a una nueva etapa, con ventas que se han desplomado hasta la mitad en el primer mes de este año en comparación con diciembre del 2022. De perder la consolidación en el mercado de los eléctricos, la Unión Europea podría verse beneficiada de este cambio, pudiendo absorber la demanda que China ya no es capaz de asumir.  

Las inversiones millonarias de Bruselas

Los países miembro de la UE firmaron en diciembre del 2019 el famoso Pacto Verde, que pretende alcanzar la neutralidad climática en 2050, reduciendo las emisiones de C02 del bloque e impulsando las energías “verdes”. Por ello se presta especial atención a la electrificación de los vehículos, ya que según el informe especial del Tribunal de Cuentas Europeo “Infraestructura para la recarga de vehículos eléctricos”, el transporte (con un 72 %, el transporte por carretera) representa aproximadamente una cuarta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero de la UE.

Como solución, el Pacto Verde estableció como objetivo alcanzar al menos 30 millones de vehículos de emisión cero para 2030 y de un parque de vehículos en gran parte de emisión cero para 2050, lo que supone un aumento significativo con respecto a los aproximadamente 2 millones de vehículos eléctricos matriculados actualmente en la UE. Ya en 2020, Según la Asociación de Fabricantes Europeos de Automóviles (ACEA), los vehículos eléctricos recargables representaron el 10,5 % de las nuevas matriculaciones; es decir, uno de cada diez turismos vendidos en la UE en 2020 era eléctrico.

Europa se ha subido al carro de los eléctricos gracias al Plan REPowerEU, que cuenta con hasta 210.000 millones de euros para impulsar la independencia energética tras la invasión rusa a ucrania. Parte de estas ayudas fomentarán la electrificación de la flota de coches europeos. En esta línea la Comisión Europea también aprobó el Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) del Vehículo Eléctrico y Conectado en España. El PERTE VEC establece una inversión total de más de 24.000 millones de euros.

Además, el Parlamento Europeo espera que en 2028, los 27 cuenten con al menos un punto de recarga para vehículos eléctricos cada 60 km y una estación de repostaje de hidrógeno por cada 100 km. Para la construcción de la infraestructura de recarga de vehículos, ACEA ha señalado que sería necesaria una inversión de hasta 280.000 millones de euros que ya se ha empezado a desembolsar. 

Con todo esto, Europa pretende renovar su industria automotriz, impulsando los coches eléctricos y la autonomía estratégica. Sin embargo, por mucho que la UE quiera trabajar sola en este proceso, su destino está hilado al de China, que acumula en su territorio el monopolio de la producción de microchips y baterías necesarias para ver rodar un coche eléctrico. Para contraatacar, la Comisión Europea ha puesto en marcha la Ley Europea de Chips, que movilizará más de 43.000 millones de euros de inversiones tanto del sector público como privado. 

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