Los pasos tras superar la pandemia

El Círculo Cívico de Opinión advierte que no habrá reconstrucción sin las empresas

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el ministro de Sanidad, Salvador Illa, en la reunión de este sábado
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el ministro de Sanidad, Salvador Illa, en la reunión de este sábado
EP

Que las empresas y el resto de agentes sociales no se queden fuera del proceso para la reconstrucción económica y social del país tras el paso del coronavirus por el país. Esa es una de las principales reclamaciones que hace el Círculo Cívico de Opinión, la organización formada por intelectuales y directivos de distintos ámbitos que surgió como respuesta a la crisis de la década pasada y que reaparece dada la situación límite que ya se está viviendo por los efectos del Covid-19 y del estado de alarma que ha provocado. Una petición que hacen debido a las "negligencias" en la gestión política doméstica, europea y de instituciones como la OMS a la hora de afrontar las consecuencias del virus. 

Las empresas son una de las salvedades positivas de la crisis del Covid-19 que destaca la organización es su última propuesta. A través de sus iniciativas solidarias, las grandes, medianas o pequeñas compañías han demostrado que "son parte de la sociedad civil y sensibles a las contingencias colectivas". Lo que se explica con medidas como asumir el cierre de su actividad, el mantenimiento de su producción con menos medios, la readaptación de las líneas de fabricación, las donaciones que han realizado y el recorte de los salarios más altos. "Excelente comportamiento, en suma, de una sociedad que probablemente tiene hoy por eso mejor imagen de sí misma, a la vez que califica más rigurosamente la actitud de sus representantes políticos", advierte el grupo de intelectuales. 

Por ese motivo, instan a que se les dé cuenta de todos los planes de reactivación económica y social que se quieran llevar a cabo. Es decir, que se las ponga al mismo nivel que a los partidos o al Parlamento. Y que esto se concrete, por ejemplo, en darles a conocer las materias de los posibles pactos o a hacerles partícipes de las discusiones sobre el fin gradual del confinamiento de la población. "Es obvio que el criterio científico-sanitario tiene que ser el principal filtro de esas decisiones. Pero conviene de todo punto que los agentes sociales y políticos sean también escuchados en la toma de decisiones de tal envergadura. La improvisación en esa etapa puede tener consecuencias aún más negativas que la improvisación en el inicio de la crisis", señalan.

Otra de sus reclamaciones sobre el mundo de la empresa es que tanto el Gobierno como la UE actúen para evitar la desaparición de una gran parte de las mismas debido a que no puedan superar el paso del Covid-19. "Cuanto más tejido productivo se destruya, más difícil será la recuperación del empleo y la renta", aducen en referencia también a los efectos nefastos que tendría el cierre de firmas, ya sean más grandes o más modestas. "Si no vuelven a crecer la actividad productiva y, con ello, los ingresos públicos, se hará imposible compensar duraderamente a los más damnificados", insisten en una alusión a quienes van a perder su empleo y todas sus vías de ingresos por la pandemia.

En esa misma línea, recuerdan que los 2,5 millones de pensionistas y los 9 millones de funcionarios van a afrontar el futuro de una manera mucho más favorable que quienes trabajan en el sector privado. Por eso, el Círculo Cívico de Opinión considera necesario que haya un plan para compensar a los más perjudicados en esa manera de obtener ingresos. "Tales desigualdades deberían tenerse muy en cuenta en el discurso público y a la hora de diseñar la recuperación y los mecanismos de protección (sanitaria y económica) ante el posible rebrote de la pandemia", anuncian.

El "fracaso" de la gestión

Según expresa la asociación en su documento, es inevitable asociar la respuesta al virus de todos los organismos, instituciones y expertos a la palabra "fracaso". Algo de lo que responsabiliza por igual a los epidemiólogos, a las OMS y a los Estados que han sufrido más sus consecuencias. En el caso de España, la culpa también la reparte entre el Gobierno central, las comunidades autónomas que han confrontado con este y a la división entre los partidos. "Como en anteriores coyunturas críticas de la democracia española (23-F, 11-M, 2008-2013, octubre de 2017), la emergencia actual se ha desplegado en medio del cainismo ínsito a nuestra política nacional", aseguran en su texto.

Esta situación ha provocado un descrédito a la reputación de España en el exterior, señala el Círculo, que asegura que esto tiene "trascendencia para una economía con tan altos niveles de apertura como la nuestra, más allá de su indiscutible condición de potencia turística mundial". Una de las excepciones a esta labor poco constructiva desarrollada desde hace más de un mes de duración de la pandemia ha sido la sociedad, de la que destacan a los sanitarios, a los trabajadores de los servicios públicos esenciales o a las mujeres, por su doble papel en la Sanidad y en los hogares.

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