1990: El inicio del fin de la Quinta del Buitre

  • Cuando el Real Madrid afrontó la final de la Copa del Rey de 1990 no esperaba una victoria del Barcelona que marcó el inicio del fin de una era inmejorable para el conjunto blanco, que durante cinco años marcó el paso en España con un dominio incontestable de una generación, la Quinta del Buitre, que comenzó su ocaso tras aquel partido que no pudo ganar.

Juan José Lahuerta

Madrid, 11 abr.- Cuando el Real Madrid afrontó la final de la Copa del Rey de 1990 no esperaba una victoria del Barcelona que marcó el inicio del fin de una era inmejorable para el conjunto blanco, que durante cinco años marcó el paso en España con un dominio incontestable de una generación, la Quinta del Buitre, que comenzó su ocaso tras aquel partido que no pudo ganar.

Hasta aquel 5 de abril de 1990 el Real Madrid que presidía Ramón Mendoza había ganado cuatro Ligas consecutivas y estaba a un paso de conseguir la quinta. Esa última, la del curso 1989/90, la iba a lograr con cifras estelares. El galés John Benjamin Toshack dirigió al cuadro merengue hacia el trofeo de los 107 goles, mejor marca hasta que la superó el Real Madrid de José Mourinho dos décadas después.

Jugadores como Emilio Butragueño, José Miguel González, "Míchel". Fernando Hierro, Rafael Martín Vázquez, Rafael Gordillo, Paco Buyo, Hugo Sánchez o Bernd Schuster perfilaban alineaciones temibles en cada partido. Sólo el Milán, el Bayern de Múnich y el PSV Eindhoven dejaron sin cetro europeo a una generación que mereció una Copa de Europa.

En medio de esa vorágine, cuando el Real Madrid se encontraba en su pico más alto de abuso hacia el resto, llegó aquel encuentro que se disputó en el estadio Luis Casanova del Valencia. La Copa del Rey estaba destinada a lucir en las vitrinas del Santiago Bernabéu para dar continuidad al título que llegó el curso anterior, cuando los blancos derrotaron al Valladolid en la final con un solitario tanto de Gordillo.

En el otro lado, el Barcelona era un rival que llevaba años buscando su identidad. En las cinco temporadas de dominio madridista, sólo una Copa adornó un palmarés escaso para un club de su categoría. La última Liga la logró en la campaña 1984/85, ya sin Diego Armando Maradona, con Steve Archibald y Bernd Schuster en la plantilla y después de más de diez años sin conseguir el título.

El Barcelona que ganó al Madrid tenía a Johan Cruyff en el banquillo. Era su primer año en el club, iba lejos de los blancos en la Liga y sonaban campanas de destitución. La Copa era una oportunidad para que el holandés mostrara sus cualidades con las que mantenerse en un equipo que después marcaría época. Sin embargo, no había mucha confianza en que eso ocurriera.

Hugo Sánchez, consciente de la hegemonía blanca, se mostró desafiante en la víspera del partido: "Si vence, el título le servirá al Barcelona para seguir engañando a la gente. Mientras que para el Madrid la Copa servirá para brindar por el título de Liga, para ellos será la forma de justificar otra temporada en la que no han podido conseguir el campeonato", dijo.

El mexicano calentó un partido que dominó el Barcelona de principio a fin. El fútbol de control de Cruyff hizo efecto y casi todas las ocasiones fueron para el bloque azulgrana. La expulsión de Fernando Hierro por doble amonestación en el minuto 48 abrió las puertas definitivas hacia la victoria catalana.

El Real Madrid aguantó como pudo hasta el minuto 68, cuando Guillermo Amor abrió por fin la lata. Buyo no pudo retener un trallazo del holandés Ronald Koeman, Begiristain recogió el rechace y cedió la pelota a Amor, que abrió el marcador de cabeza.

Con un jugador menos, los hombres de Toshack no pudieron hacer nada. Sólo esperar la sentencia de un equipo necesitado de alegrías. Llegó en el minuto 92, tras una cesión errónea de Miguel Porlan Chendo que aprovechó Soler para dejar a Julio Salinas solo delante de Buyo. No falló y ahí se acabó la final.

El Barcelona logró un trofeo en medio del desierto. Algunos jugadores del Real Madrid no lo digirieron bien. Chendo afirmó que al Real Madrid le ganó "un equipo sin españoles" que venció "injustamente por culpa del árbitro". Hierro declaró que su expulsión marcó el resultado y Míchel afirmó que árbitro se "equivocó totalmente".

Las celebraciones del Barcelona se vieron empañadas por el objeto que cayó desde la grada sobre Andoni Zubizarreta, a quien tuvieron que darle tres puntos de sutura en la cabeza. Además, Aloisio acabó lesionado. Pero, al final, el título voló hacia el Camp Nou.

El Madrid ganaría su quinta Liga, pero ese partido marcó el fin de la Quinta. Después, llegarían las cuatro Ligas de Cruyff, las desgracias de Tenerife y la travesía por el desierto del cuadro merengue. Aquella Copa del Rey marcó el final de una generación y el principio de otra. EFE

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