Blatter afirma que fue contactado por Suiza en la crisis de Burundi

Sepp Blatter, expresidente de la FIFA, declaró este jueves que en mayo de 2015 el ministerio suizo de Relaciones Exteriores le pidió que interviniera, a iniciativa de Estados Unidos, ante el presidente de Burundi, Pierre Nkurunziza, para convencerlo de que no se volviera a presentar.

"Los suizos, que querían defender los intereses de Burundi, me pidieron que hablara con el presidente Pierre Nkurunziza, que es un gran aficionado al fútbol, para persuadirlo de que no se presentara", declaró Blatter a la prensa, al término de la presentación en Zúrich de su biografía, en la que reveló esta misión diplomática que hasta ahora era secreta.

Blatter precisa en este libro que esta intervención por parte de Suiza fue hecha "a petición de los estadounidenses" para intentar resolver la crisis en Burundi.

"Se le propuso ser embajador de fútbol para África y fuera de ella. El presidente Nkurunziza dijo: 'Estoy muy emocionado, les daré una respuesta'. Insistí y finalmente reflexionó, respondiendo: 'No, de todas maneras me voy a presentar'", añadió Blatter, precisando que el encuentro fue en mayo pasado, antes del escándalo de corrupción de la FIFA.

"No era la primera vez que hacía algo con el ministerio de Relaciones Exteriores de Suiza", añadió el expresidente de la FIFA.

"Siempre invité o informé al embajador o al cónsul general suizo de mis visitas. A veces podía incluso asistir a una entrevista con el jefe de Estado, que no habría conseguido él solo, ya que el fútbol abre puertas", afirmó Blatter.

En un comunicado, el ministerio suizo de Relaciones Exteriores confirmó que "hubo un contacto entre el secretario de Estado, Yves Rossier, y Joseph Blatter. La intención era contribuir a una solución pacífica para resolver la crisis actual en Burundi".

Pero el ministerio "nunca pidió a Nkurunziza que no se presentara a la elección presidencial".

Burundi cayó en una grave crisis desde que Nkurunziza anunciara su candidatura en abril de 2015 para un tercer mandato, que obtuvo en julio, tras una elección controvertida. La violencia ha causado más de 500 muertos y empujó a más de 270.000 personas a dejar el país.

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