El 'jogo bonito' de Brasil y su astro Neymar hicieron despertar a Bolivia de su ilusión de llegar al Mundial de Rusia-2018, tras propinarle el jueves una goleada 5-0, aunque los bolivianos aún se aferran a lo último que se pierde: la fe.
Los altiplánicos recogieron la derrota por la novena fecha en el estadio Arena das Dunas de la ciudad de Natal (noreste), adonde habían llegado con la ilusión de reeditar sus dos partidos anteriores: una victoria 2-0 sobre Perú en La Paz y un empate sin goles en Santiago ante Chile, bicampeona de América.
El técnico argentino Ángel Guillermo Hoyos tomó la conducción de la 'Verde' tras la tortuosa dirección ejercida por el boliviano Julio César Baldivieso, un querido exastro de la selección, pero enfrentado en esta eliminatoria con dirigentes y jugadores referentes.
Hoyos rearmó el equipo y llamó a quienes se alejaron de Baldivieso, como el histórico capitán, el defensa Ronald Raldes, y el ariete Marcelo Martins Moreno.
Además llegaron los resultados, lo que inyectó nuevamente el sueño de llegar a Rusia-2018, como Bolivia lo hiciera hace más de 20 años, cuando aterrizó en EEUU-1994.
Pero la 'canarinha' y Neymar le aplicaron un electrochoque a los bolivianos.
El astro del Barcelona abrió la ruta del triunfo con su gol a los 10 minutos de juego y fue gravitante en el partido, hasta que salió lesionado a los 67 minutos tras sufrir un codazo del boliviano Yasmani Duk, que le ocasionó una herida sangrante.
El timonel Hoyos trató de que sus jugadores reeditaran el éxito de los anteriores partidos, pero no sospechó que los pentacampeones del mundo tendrían una noche inspirada.
"Nuestra idea era controlar al equipo brasileño e ir creciendo, sin que ellos encuentren los huecos. Era una estrategia que no se pudo lograr, nos encontramos con un equipo muy sólido que luego del primer gol se llamó a la tranquilidad con todos los jugadores que marcan diferencia", evaluó el estratega.
En esta primera fase, Bolivia cosechó siete unidades en nueve partidos y está en la penúltima casilla de la tabla, por encima de Venezuela. Alcanzó dos victorias, un empate y seis derrotas, el peor resultado en las últimas cuatro eliminatorias.
Hoyos señaló que su equipo peleará los 27 puntos que restan y que no pierde la fe, a pesar de los números en contra y el sombrío panorama adverso.
"Yo soy un tipo de fe, no de cuando gano o cuando pierdo, de mucha fe, y la adversidad para mí es crecimiento", señaló el técnico, quien, contra el reloj, debe curar las heridas de sus pupilos para el partido del próximo martes en La Paz ante Ecuador, que goleó 3-0 a Chile.
El técnico boliviano Sergio Apaza, un estudioso del fútbol, señaló que a pesar de la goleada, no deben surgir miedos.
"Hay un equipo convencido, con personalidad, solidario y fundamentalmente fuerte de la cabeza", señaló Apaza en su columna de opinión del diario Página Siete. La personalidad y la motivación mental han sido los puntos flacos de los equipos bolivianos.
La derrota ante Brasil formó parte de las probabilidades, pero no una goleada. Es por ello que Bolivia tiene un partido clave ante los ecuatorianos, el próximo martes en su feudo de La Paz, en el estadio Hernando Siles, para terminar fulminado o mantener como una quimera la fe para ir al próximo ecuménico de fútbol.
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