Corre, Bolt, corre

El jamaicano Usain Bolt corre este jueves llos 200 metros para colgarse su segundo oro en los Juegos de Rio-2016 y quedar a un paso de un histórico tercer triplete olímpico que lo deposite en la gloria.

Bolt tiene casi la pista libre en el Estadio Olímpico de Rio de Janeiro después de que su principal oponente, el estadounidense Justin Gatlin, fuera eliminado en semifinales el miércoles.

"No estoy del todo sorprendido de que Gatlin haya quedado fuera. Pensé en un primer momento que se había clasificado, pero ya noté en los 100 metros que estuvo más lento", afirmó Bolt tras la eliminación de Gatlin.

De este modo, no se repetirá el duelo en la prueba de los 100 metros, en la que Bolt ganó el oro y Gatlin la plata.

Con el oro de los 100 metros en el cofre, el jamaicano busca el segundo paso hacia el triplete de la velocidad con los 200 metros, y el viernes el relevo 4x100m, tras los triunfos en las tres pruebas en Pekín-2008 y Londres-2012.

El caribeño dio un aviso explícito la noche del miércoles al clasificar como si fuera un paseo por la playa de Copacabana.

Aunque Bolt acapara los reflectores, el deporte dejó espacio al escándalo a raíz de una investigación sobre cuatro nadadores olímpicos estadounidenses que denunciaron haber sido robados por policías brasileños. Las cosas no están claras para la justicia.

El misterio sobre qué sucedió a los cuatro nadadores, entre ellos el conocido Ryan Lochte, aumentó luego de que la justicia calificó sus testimonios de "contradictorios", e intenta retenerlos en Brasil para aclarar lo sucedido.

Dos de ellos, Jack Conger y Gunnar Bentz, fueron retirados del avión en el cual se disponían a regresar a su país, según confirmó el portavoz del Comité Olímpico de Estados Unidos, Patrick Sandusky. A la vez el Departamento de Estado sostuvo que a través de la prensa supo que ambos quedaron detenidos.

En horas de la noche, ambos abandonaron el aeropuerto en un automovil, según un periodista de la AFP. Conger y Bentz deberán declarar le jueves en la Delegación Especial de Apoyo al Turismo, de la policía carioca.

En tanto, reportes no confirmados de la prensa local señalan que Lochte ya dejó Brasil.

Lochte dijo en su declaración que fue apuntado con un arma en la cabeza durante el asalto, mientras el taxista fue obligado a abandonar el vehículo y los criminales les obligaron a tenderse en el piso para robarles.

Las autoridades buscan testigos porque, según el tribunal, la jueza del caso Keyla Blank "apunta posibles divergencias en el relato de los nadadores".

En un hecho insólito, México recién puede debutar en el medallero, catorce días después de iniciados los Juegos o lo que es lo mismo a tres jornadas del cierre. Un verdadero fracaso para una potencia deportiva latinoamericana.

Paola Espinosa, en clavados, y Misael Rodríguez, en boxeo, son los que pueden inaugurar este jueves el conteo mexicano. Y seguramente no habrá mucho más.

Idolo en México, Espinosa ganó plata en Londres-2012 y bronce en Pekín-2008 en saltos sincronizados desde la plataforma y atesora dos oros panamericanos, uno en esta prueba, y un bronce.

Sus colegas de clavados, una disciplina en la que Mexico siempre talló, se fueron en blanco, como está el medallero del Tri hasta ahora.

Rodríguez besó la lona cuando aseguró al menos una medalla de bronce tras verse obligado a pedir dinero en las calles para solventar su viaje. "Las medallas con boteada (pedir dinero en la via pública) saben más", aseguró el mexicano. "Y ésta tiene más sabor por todas las críticas que hemos recibido".

Brasil de Neymar va a la gran final del fútbol olímpico en el mítico estadio estadio Maracaná, con la idea fija de colgarse la medalla dorada, el único galardón ausente en sus pobladas vitrinas.

El sábado enfrentará a Alemania envalentonado por su goleada 6-0 a Honduras, con apertura y cierre del astro del Barça, aunque aparece el fantasma de la humillante goleada 7-1 que le endosó el campeón del mundo en semifinales del Mundial-2014.

Las frustraciones por la goleada alemana, más dos fracasos en las Copas América de Chile-2015 y Estados Unidos-2016, todo en dos años, le colocaron al equipo olímpico brasileño una vara demasiado alta.

Pero Brasil retornó a su zona de confort del jogo bonito, la que habían abandonado los dos anteriores técnicos de la absoluta, Luiz Felipe Scolari y Dunga, a un costo elevadísimo. Y ahora parece volver.

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