James, el renacido

Dos goles, una asistencia y figura en los partidos ante Estados Unidos y Paraguay en la Copa América Centenario. James Rodríguez encuentra en la selección de Colombia el placer de sentirse valorado, al punto de recuperar la alegría que perdió esta temporada en el Real Madrid.

Con apenas dos actuaciones en lo que va del torneo conmemorativo de la Conmebol que se disputa en Estados Unidos, James está comenzando a parecerse a aquel futbolista exquisito que deslumbró en el Mundial Brasil-2014 y del que fue Bota de Oro como máximo goleador con seis tantos.

El experimentado técnico argentino José Pekerman ha sabido mimar a James desde que asumió la conducción del seleccionado cafetero, convirtiéndolo en una pieza irreemplazable en su estructura de juego.

"Se dicen muchas cosas sobre James, pero por talento y compromiso es un verdadero líder", lo defiende Pekerman.

Y hoy, con 24 años y un inmenso futuro por delante, es el capitán del combinado y uno de los ejes para buscar la clasificación al Mundial Rusia-2018.

"Esta temporada le ha tocado vivir situaciones duras en el Real Madrid, pero estuve hablando con él y su ánimo es bueno. Esto le servirá para madurar porque es un joven que ha crecido muy rápido y como todos los grandes jugadores saldrá adelante", advierte su 'defensor'.

Su presencia ante los guaraníes por un durísimo golpe en el hombro izquierdo frente al anfitrión el pasado viernes estuvo en duda hasta el último momento, pero Pekerman jugó al misterio en los días previos y minutos antes del partido en Pasadena lo confirmó entre los once.

"Yo aquí (en la selección) juego hasta cojo, quiero siempre jugar y estoy feliz aquí porque quiero ayudar", fue la declaración de un James comprometido con su equipo, que podría llevar de nuevo un mensaje velado a su técnico en el Real Madrid, Zinedine Zidane.

El primero había sido el de finales de marzo pasado, después de dos partidos clasificatorios a Rusia contra Bolivia y Ecuador, en los que James nuevamente fue figura al 100%, cuando dijo que su buen nivel en la selección se debía a "porque juego" y recibía el "apoyo de todos".

La respuesta de Zidane a aquella declaración -"de guerra" según la prensa española- fue contundente: dejarlo en el banquillo y sin un solo minuto ante el Barça en el clásico que el Real Madrid ganó 2-1 en el Camp Nou en abril.

Después fue darle apenas 10 minutos en la derrota 2-0 frente al Wolfsburgo en los cuartos de final de la Champions y cuando el desarrollo del juego pedía la presencia del '10'.

El cese del criticado Rafa Benítez y la llegada de Zidane, de quien el '10' colombiano se declaró admirador, abría la esperanza al madridismo de recuperar al James de la primera temporada, en la que jugó un total de 3.619 minutos en 46 partidos, con 17 goles y 17 asistencias, pero el francés tenía otro plan.

Los números de la temporada 2015-2016 lo dicen todo: 1.859 minutos en 32 partidos (muchos como suplente), 8 goles y 10 pases decisivos. El crack de los 80 millones de euros que pagó el Madrid al AS Mónaco después del Mundial brasileño comenzaba a devaluarse en Europa.

La prensa española asegura que James quiere marcharse del Real Madrid, sobre todo después de haber visto la final de la Liga de Campeones de Europa contra el Atlético de Madrid en el banco, el último dardo al orgullo del zurdo colombiano.

El presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, le ha puesto el sello de intransferible al contrato de James, pero en el fútbol esos carteles pueden significar dos cosas: valorizarlo pensando en una posible venta en el próximo mercado de pases o transmitirle confianza porque creen que el colombiano puede ser importante en los cuatro años más que tiene firmados.

Lo cierto hoy es que James Rodríguez disfruta ser futbolista con la selección de su país.

Es el primero en la lista de Pekerman. Es el que pone la cara en las derrotas, como lo hizo en la Copa América de Chile hace un año, y es de quien hablan los rivales cuando enfrentan a Colombia.

Es James, el renacido

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