Johan Cruyff, el arquitecto del juego del Barça

Un icono como jugador pero también como inspirador: Johan Cruyff, primero en el campo y luego en el banquillo, es el hombre que "construyó la catedral" del FC Barcelona, según otro ídolo azulgrana, Josep Guardiola, que ha tomado como modelo en su carrera al astro holandés, fallecido este jueves.

"Te querremos siempre, Johan", escribió en Twitter, poco después de conocer la noticia, el club catalán.

Luego, en un comunicado, el equipo recordó algunas de sus más brillantes hojas de servicio vestido de azulgrana.

Cruyff, "el mejor jugador de la historia" según otro legendario 10, Michel Platini, es sin duda el hombre que contribuyó más en el inicio a que el Barça sea la superpotencia futbolística que es en la actualidad.

"Cruyff construyó una catedral. Nosotros simplemente la mantuvimos", declaró en su día 'Pep' Guardiola, que jugó a las órdenes del maestro en los años 90, en los del 'Dream Team', y que luego como entrenador siguió aquella filosofía de juego.

La relación de amor entre Cruyff y el club fue muy sólida, aunque con pequeños momentos de crisis, como el conflicto judicial entre Cruyff y el expresidente José Luis Núñez, que se acusaron mutuamente de difamación en abril de 1997.

En el Barcelona actual y en el de los últimos años es innegable la huella del holandés.

"Como jugador, como entrenador, cambiaste la historia de nuestro club", subrayó este jueves en Twitter el presidente del club, Josep Maria Bartomeu.

Primero brilló como jugador. A su llegada a Barcelona en 1973, Cruyff había ganado ya dos Balones de Oro.

Fue contratado entonces para que el Barcelona pudiera ganar su primera Liga española desde 1960 y los éxitos no tardaron en llegar: el Barça, entrenado entonces por otro holandés (Rinus Michels), encadena victorias y se proclama campeón, en una temporada recordada sobre todo por la 'manita' al Real Madrid, un 5 a 0 en el coliseo del gran rival, que se recuerda todavía como uno de los grandes hitos del club.

Pero la consagración definitiva llegó como entrenador. Cruyff, muy en sintonía con la cultura catalana -llegó a ser seleccionador de Cataluña, equipo no reconocido ni por la UEFA ni por la FIFA-, se ganó las simpatías de los hinchas regalando años de buen fútbol al Camp Nou.

Se había ido del Barcelona en 1978, después de ganar en el césped una Copa del Rey, y volvió diez años después, en 1988, como la misión de regenerar el 'fútbol total'.

El fútbol de toque, la circulación del balón y la vocación ofensiva contaron con aliados de excepción, de la altura de Michael Laudrup, Ronald Koeman, Hristo Stoichkov y el propio Pep Guardiola, el actual entrenador del Bayern de Múnich.

"El Dream Team hizo el mejor fútbol del mundo", celebró luego, en 1999, un satisfecho Cruyff.

"El Barça tiene cien años de historia y sólo ha ganado una Liga de Campeones", gracias a aquel 'Dream Team', en 1992 en el viejo Wembley.

En el nuevo siglo, el Barcelona consiguió otros cuatro títulos europeos (2006, 2009, 2011 y 2015). Pero eso no ha hecho que el barcelonismo se olvide del hombre que en su día bautizó como "El Salvador".

"La influencia de Cruyff no se mide en títulos, sino en otras muchas cosas", indicó Guardiola en 2011, justo tras igualar al holandés como entrenador con más títulos en la historia del Barcelona.

El juego de Cruyff es marca de la casa en las últimas décadas y Luis Enrique, el actual entrenador, continúa con ella, ayudado esta vez con figuras como su 'tridente' MSN (Lionel Messi, Luis Suárez, Neymar).

Esta temporada, el Barcelona aspira a los títulos en la Liga española, la Liga de Campeones y la Copa del Rey. Un posible 'triplete' con el que revalidaría los éxitos de 2015 y rendiría el mejor homenaje al hombre que cambió, para siempre, la historia de la entidad.

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