Kobe Bryant se despide tras 20 años de reinado en la NBA

A las 4.30 hora española comenzará el duelo contra Utah Jazz, intrascendente a efectos clasificatorios para el equipo angelino, que ha vuelto a completar una temporada pésima, pero cargado de emoción para despedir a uno de los grandes de la franquicia, que unirá su nombre a los de otras leyendas como Wilt Chamberlain, Kareem Abdul-Jabbar o Magic Johnson.

Sin embargo, nadie como Bryant ha sido tan fiel a los colores púrpura y oro, un total de 20 años, cifra que ningún jugador de ningún equipo ha alcanzado en toda la historia de la NBA. Los últimos, marcados por las lesiones y los malos resultados de los Lakers, no empañan una trayectoria espectacular.

Cinco anillos -dos de ellos junto a su "hermano" Pau Gasol-, un 'MVP' de la temporada regular, dos 'MVP' de las Finales, 18 nominaciones para el 'All Star' de la NBA, 33.570 puntos anotados a falta de su último partido... Números que ilustran la grandeza del '24', dorsal al que se cambió en 2006 tras iniciar su carrera con el '8'.

Su partido por excelencia data del 22 de enero de 2006, cuando anotó 81 puntos ante Toronto Raptors, segunda mejor anotación histórica por detrás de los 100 de Wilt Chamberlain en 1962. Además, también tuvo tiempo de brillar con la selección de Estados Unidos, colgándose dos medallas de oro olímpicas en 2008 y 2012.

Hijo de otro jugador como Joe Bryant, que desarrolló su carrera a caballo entre la NBA e Italia, Kobe nació en Filadelfia el 23 de agosto de 1978 y brilló en el Instituto Lower Merion de su ciudad natal, hasta tal punto que ni siquiera tuvo que dar el habitual paso intermedio por el baloncesto universitario.

Los Charlotte Hornets le eligieron en el puesto 13 del 'draft' de 1996 y fue traspasado a los Lakers, donde forjó una dinastía ganadora entre 2000 y 2002, formando un dúo imparable con Shaquille O'Neal que les llevó a ganar tres anillos seguidos. La segunda época hegemónica fue 2008-2010, con dos anillos y un subcampeonato. Momentos de gloria de quien fue señalado como heredero de Michael Jordan, el modelo que siempre quiso emular y al que, como mínimo, igualó en feroz carácter competitivo.