Mónaco continúa la cuenta atrás de los atletas para Rio

Mónaco, que el viernes hace que el circuito de la Liga de Diamante de atletismo llegue a su novena etapa, continúa apostando por la moderación pero privilegiando los duelos emocionantes en una reunión que fue designada la mejor del mundo en 2014 y 2015.

Usain Bolt se llevó 180.000 euros por su visita en 2011, pero desde entonces los organizadores han optado por un perfil diferente, con un nivel general elevado aunque no cuente con un gancho mediático del alcance del 'Rayo' jamaicano.

La edición de 2016 sigue la filosofía de los últimos años, aunque las pruebas de clasificación olímpica en Estados Unidos, que terminaron el domingo, desanimaron a pesos pesados de ese país para hacer un viaje transatlántico.

En el Principado no se habla de récords del mundo, como ocurrió con la reunión de Estocolmo en junio. La cita sueca puso el acento promocional en las posibilidades de que se batieran allí las plusmarcas de 1.500 metros y 3.000 metros obstáculos femeninos, pero las expectativas de evaporaron con la baja de la estrella etíope del medio fondo Genzebe Dibaba y las malas condiciones meteorológicas.

Genzebe Dibaba, precisamente, batió el 17 de julio de 2015 en el estadio Louis II de Mónaco el récord mundial de 1.500 metros, con 3 minutos, 50 segundos y 7 centésimas.

Esa noche, el keniano Asbel Kiprop había hecho temblar (3 minutos, 26 segundos, 69 centésimas) la marca planetaria del marroquí Hicham El Guerrouj en los 1.500 metros (3:26.00), vigente desde hace 18 años.

"No se anuncia un intento de récord del mundo, eso conlleva una presión inútil. Pero cada vez tenemos más liebres para ayudar. Así será también el viernes. Los atletas saben que las condiciones meteorológicas son favorables, con buen tiempo", subraya Remy Charpentier, uno de los responsables de la cita monegasca, que tiene muy presente que la reunión cuenta con un público "familiar y de vacaciones que hay que seducir".

El salto de altura masculino, que atrajo a todos los grandes aspirantes al podio olímpico, entre ellos el catarí Mutaz Barhim (2,40 metros esta temporada), es uno de los platos fuerte del viernes.

Los espectadores que se presenten con la parte derecha de la cara afeitada y la izquierda con barba tendrán la entrada gratis.

Esa estética 'halfshave' es un guiño al italiano Gianmarco Tamberi, campeón mundial en sala y de Europa al aire libre, que lanzó esta moda. Mónaco está además a dos pasos de la frontera con Italia, por lo que es previsible que cuente con 'tifosi' que le den ánimos.

La colombiana Caterine Ibargüen, la reina absoluta del triple salto en los últimos cuatro años, aspira a una nueva victoria en Mónaco, un lugar que le trae buenas vibraciones: allí logró el 18 de julio de 2014 su mejor marca personal, 15,31 metros.

En los 1.500 metros, la presencia de Kiprop es una garantía. El campeón olímpico argelino Taufik Makhlufi (2º en Mónaco el año pasado) vuelve a su distancia favorita después de haber trabajado su velocidad en los 800 metros en el inicio del a temporada.

Trabajar su puesto a punta es también el propósito del británico Mo Farah, doble campeón olímpico en Londres (5.000-10.000 metros), que estará en el kilómetro y medio.

El duelo se presenta también emocionante en los 400 metros entre el sudafricano Wayde Van Niekerk, campeón mundial en Pekín-2015, y el joven Machel Cedenio, de Trinidad y Tobago.

De la vuelta de pista al esprint. Tras triunfar en los 100 metros del campeonato de Europa la pasada semana, ante su público en Ámsterdam, la holandesa Dafne Schippers apunta a los 10 segundos y 70 centésimas en el calor de la noche mediterránea.

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