Neymar, ahora o nunca; Phelps para siempre

El día en el que la selección brasileña de fútbol se juega su futuro en Rio-2016, el mito estadounidense Michael Phelps iniciará una nueva aventura para tratar de agrandar su leyenda, un día después de sumar dos oros olímpicos a su abarrotado palmarés.

La Canarinha disputará ante Dinamarca un choque a todo o nada en la disciplina más importante para los brasileños, que tienen la espina clavada de no haberse colgado nunca el oro olímpico.

Para la Seleçao, el de Dinamarca será su partido más importante desde la humillación que sufrió 7-1 en casa ante Alemania, hace dos años.

Desde entonces, el fútbol sólo ha reportado miserias y penurias a un país acostumbrado a celebrar goles y levantar copas mundiales.

La selección de Neymar aún no conoce la victoria en el torneo. Ni siquiera ha logrado marcar un tanto, tras dos partidos, ante las débiles Sudáfrica e Irak. Después de los fracasos en su Copa del Mundo-2014 y las dos Copas América posteriores, la larga travesía por el desierto continuará... si Neymar no lo evita.

El crack del Barcelona es el blanco principal de las críticas por su fallido papel para conducir a la verdeamarela, inexpresivo y vacilante como el fútbol que practica el equipo del técnico Rogério Micale.

En Brasilia, hace unos días, el público abucheó a su equipo al grito de "Marta", "Marta", la estrella de la escuadra femenina.

Paralizado por el partido en Salvador, Brasil podrá gozar unos días más de las gestas del 'Tiburón de Baltimore', que el martes sumó dos nuevas preseas doradas. Ya 21 brillan en sus vitrinas, 25 en total con el reflejo de dos platas y dos bronces.

En el primer turno de la noche, Phelps demostró por qué es el más grande de la historia olímpica al recuperar su cetro en los 200m mariposa por delante del japonés Masato Sakay y el húngaro Tamas Kenderesi, plata y bronce respectivamente.

El sudafricano Chad le Clos, el 'valiente' que se atrevió a quitarle su corona en la distancia en Londres-2012, sólo pudo ser cuarto.

Tras reír a carcajadas y llorar como su bebé Boomer, que le observaba desde la grada, el estadounidense se puso sus característicos auriculares y se concentró para el relevo.

Un rato después, en los 4x200m libres, volvió a alzar un dedo de cada mano en señal de victoria. El oro 21 del número 1. 21 veces Phelps.

El miércoles, en los 200m combinados, iniciará su aventura hacia una nueva medalla, una lucha con su reflejo por ampliar la leyenda del más grande de la historia de los Juegos Olímpicos.

Y esos oros de Phelps llevaron a Estados Unidos a lo más alto del medallero con nueve preseas doradas, en lo que ya es, como se preveía, un mano a mano con China, que suma ocho títulos.

Flamante ganador del Tour de France 2016, el británico Chris Froome quiere imitar la actuación de su compatriota Bradley Wiggins en Londres-2012, cuando ganó la Grande Boucle y, unas semanas después, se colgó el oro olímpico.

"Sería increíble. Tener ahora la oportunidad de ganar una medalla después del verano (boreal) que he tenido es increíble", declaró el tricampeón de la carrera francesa.

Bronce en Londres, Froome tendrá que batallar en la contrarreloj con el holandés Tom Dumoulin, el suizo Fabian Cancellara, el alemán Tony Martin y los españoles Jonathan Castroviejo e Ion Izagirre, entre otros, para cumplir su sueño. Las carreteras de Rio aguardan.

De 57 y de 44. Esa es la renta con la que la selección estadounidense de básquetbol ha superado sus dos primeros trámites en Rio. El primero, ante China, fue un paseo militar que acabó con un abultado 113-69. En el segundo, Venezuela presentó más batalla y, aun así, sucumbió 113-69.

Ahora espera Australia, con el que comparte el liderato del Grupo A. Cuando juega el Dream Team ya no se apuesta por quién ganará sino por cuánto lo hará. Los Andrew Bogut, Matthew Dellavedova y compañía tendrán que armarse de valor y paciencia.

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