Paraguay, entre el fracaso y la esperanza

Paraguay resignó una oportunidad de oro para encaminarse al frente del pelotón de los cuatro candidatos a representar a Sudamérica en el Mundial de Rusia 2018 al caer goleado por Perú 4-1 en su propio estadio.

El agrio resultado se originó en una desafortunada falla garrafal de su defensa Jorge Moreira al servir al peruano Christian Cueva un mal pase cuando controlaba la pelota cerca del círculo central y sus compañeros se ubicaban para recibirlo en territorio rival.

El partido estaba hasta entonces, 70 minutos, empatado a un gol. La incidencia destrozó anímicamente a los jugadores albirrojos que hasta ese momento se empeñaban en acorralar al rival en sus últimas líneas para tratar de conseguir el segundo tanto. A partir de ahí todo resultó fácil para la visita.

El estratega argentino de los peruanos, "el Tigre" Ricardo Gareca, entró en su ambiente y solo esperó con paciencia para asestar sus garras mortales -cada uno con nombre: Ramos, Cueva, Guerrero, Carrillo y Flores- directo a la yugular.

Tras una presión tímida de los guaraníes, conmocionados por el regalo de su compañero, se produjo la cosecha. A los 78 se vino el tanto de Christian Cueva quien se aprovechó de otro error de la defensa albirroja. Para los paraguayos hubo clara mano del delantero que el árbitro argentino Patricio Loustau prefirió ignorar.

Como corolario de la humillación, el delantero paraguayo Edgar 'Pájaro' Benítez se encargó de someter a su propio arquero en un afán de despejar un balón.

Los 30.000 espectadores presentes en el estadio Defensores de Chaco de Asunción se pusieron en la piel de los jugadores y observaron en silencio la carnicería, resultado atribuible al trauma de aquel error de Moreira que atrajo la voracidad de la manada de felinos peruanos.

Con la derrota de Argentina ante Brasil y el empate de Chile con Colombia, Paraguay tuvo a su merced -hasta finalizado el primer tiempo- la cuarta posición en la eliminatoria.

Perú le manoteó esa posibilidad y ahora viaja a La Paz para otro sueño muy difícil, el de derrotar el martes a Bolivia en su escenario a 3.600 metros de altura, para alimentar sus posibilidades.

Su victoria resonante ante Argentina por la décima fecha le devolvió la vida luego del revés, también en Asunción, con Colombia.

Sin embargo, el camino se torna cada vez más sinuoso. El equipo de Francisco "Chiqui" Arce desarrolla una personalidad controvertida que genera desconfianza en el público y en los propios jugadores.

Cuando todo indica que va a despegar se estrella y cae de bruces como le pasó de nuevo con los hábiles componentes del equipo de la banda roja.

Para una parte de la prensa especializada, el conjunto de Arce no tiene la preparación suficiente para soportar la alta competencia y la resolución que abrigan los demás candidatos que marchan seguros al frente de la tabla de posiciones, Brasil, Uruguay, Colombia y en medio de ellos, Ecuador y Chile.

Un resultado adverso en Bolivia diluirá las esperanzas y una victoria tampoco devolverá del todo la confianza hacia un cuadro transicional que recién se va despegando del todo de sus viejas figuras que lo llevaron a cuatro mundiales en forma consecutiva hasta Sudáfrica-2010.

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