Justo una semana después de los atentados que golpearon a la capital belga, Portugal y Bélgica, dos selecciones que figuran en el segundo grupo de aspirantes a conquistar la Eurocopa-2016, se enfrentan en un partido previsto inicialmente en Bruselas y trasladado a Leiria, donde público y jugadores rendirán homenaje a las víctimas.
Antes del inicio del choque (18h45 GMT) se guardará un minuto de silencio en recuerdo de las por el momento 35 víctimas mortales que dejaron los atentados sobre Bruselas.
A más de 1.600 kilómetros del lugar de la masacre, el partido, calificado de "alto riesgo", se desarrollará bajo una vigilancia excepcional, reforzándose los accesos al estadio, con capacidad para 23.000 espectadores.
El viernes, con ocasión del Portugal-Bulgaria, perdido 0-1 por el conjunto luso, el ayuntamiento de Leiria iluminó el castillo que domina la ciudad con los colores de la bandera belga. El ayuntamiento prometió, "un nuevo homenaje el martes", sin dar más precisiones, aunque es segura la presencia del presidente de Portugal Marcelo Rebelo de Sousa.
Al día siguiente de los ataques, la ciudad de Bruselas había pedido la anulación del partido, al no estar en condiciones de movilizar al número necesario de policías para la seguridad en el estadio. La Federación Portuguesa propuso entonces albergar el encuentro.
Los 'Diablos Rojos' llegaron el domingo a Leiria tras rendir homenaje a las víctimas en el aeropuerto de Bruselas-Zavantem.
"Estos terroristas no pueden llamarse musulmanes y deshonrar nuestra religión. Le hacen un daño inmenso, toda vez que la gente e incluso los medios no presentan nunca al Islam como algo bueno. Los yihadistas son nuestros enemigos, y nos matan también a nosotros", explicó ante la prensa el internacional musulmán belga Moussa Dembelé.
El seleccionador Marc Wilmots había preguntado a sus jugadores si estaban en condiciones de disputar el partido. "Si uno de nosotros se hubiera opuesto, habríamos renunciado. Pero todos han manifestado la voluntad de jugar", señaló el técnico, añadiendo que sentía "un fuerte sentimiento patriótico".
Aunque Bélgica lidera la clasificación FIFA, presentará un equipo mermado por las bajas del capitán, el central Vincent Kompany, y las estrellas ofensivas Eden Hazard y Kevin de Bruyne, así como el delantero Christian Benteke.
"Hay seis lesionados y otros jugadores están sólo al 50%. Eso supone tener que adaptarse. Pero voy a formar de inicio con el mejor once posible", avisó el seleccionador luso Fernando Santos.
"Será un partido muy interesante para algunos jugadores que tendrán ocasión de mostrarse. Los que juegan poco con sus clubes tendrán la ocasión de encontrar su ritmo", añadió.
Portugal (7º del mundo) buscará desquitarse de la humillante derrota del viernes ante Bulgaria, en la que Cristiano Ronaldo falló un penal.
El seleccionador rebajó las críticas a su estrella: "Ronaldo es una referencia donde juego. Anota entre 40 y 60 goles por temporada. Creo que reserva sus goles para la Eurocopa".
Las gradas presentarán un gran aspecto, ya que ante la falta de tiempo por las circunstancias excepcionales, se podrá acceder al estadio con las mismas entradas del Portugal-Bulgaria, más otras 1.000 localidades puestas a la venta este lunes.
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