Poulidor, la leyenda que sigue levantando pasiones en el Tour

40+40 = 80. Al pasar por Saint-Léonard-de-Noblat, el miércoles durante la quinta etapa, el Tour de Francia rendirá homenaje al 'Eterno segundo', Raymond Poulidor, de 80 años, que participó por última vez en la carrera hace 40.

"Es mi vida, el día en que no venga será mi muerte", dice Poulidor, que participó en 14 ediciones de la carrera y tiene el récord de podios -8, tres veces segundo, 5 veces tercero-, recordado siempre por no haber ganado la Grande Boucle.

Pero a pesar de su retirada, Poulidor no ha abandonado su prueba favorita. Primero como comentarista de medios de comunicación, después enrolado por diversos patrocinadores, pero siempre consciente de su popular imagen en el público del Tour.

Poulidor, que cumplió 80 primaveras el 15 de abril, asiste a su 54º edición de la carrera, donde atiende a cientos de solicitudes en su condición de leyenda.

Para hacer frente a esta actividad necesita de una resistencia impresionante, como durante sus mejores días en la bicicleta.

"Cuando estoy en el Tour me siento rejuvenecido. Estoy rodeado de jóvenes de 20 años y me pongo en sintonía, como si fuera de su edad", comenta.

'Poupou' se rinde a lo que le ha ofrecido esta carrera: "El ciclismo y el Tour de Francia me lo han dado todo, me he enriquecido culturalmente de manera remarcable, he tenido la ocasión de conocer grandes personajes de la alta sociedad o a los barrenderos de la calle, son aficionados de la misma manera".

Espíritu libre sin falsa modestia, Poulidor no decepciona a los periodistas que hacen cola para conseguir unas palabras: "Mi popularidad se mantiene intacta, es enorme, inexplicable".

Durante el resto del año se dedica a acudir a salones del libro y grandes superficies para firmas sus cuatro obras, convertido en una máquina de vender ejemplares.

"En Avranches he vendido 140 libros en cuatro horas, nunca habían visto algo así", recuerda.

Este hijo de aparceros, nacido en la Creuse pero que vivió desde que tenía 20 años en Saint-Léonard-de-Noblat, en la Haute-Vienne, será homenajeado el miércoles, cuando la carrera pase por su pueblo en la quinta etapa, que une Limoges y Le Lioran.

Atravesando el Limousin en dirección al este, el pelotón entrará en el corazón del Macizo Central, hasta Cantal, con tres puertos que podrían marcar diferencias.

"Muy difícil", confirma Poulidor, cuyo duelo con Jacques Anquetil en el vecino Puy-de-Dôme en 1964 se convirtió en mítico.

Evidentemente todo ha cambiado, pero él no quiere agarrarse a la nostalgia. "No es lo que conocimos, pero cada día hay más gente. Lo que es destacable es el ambiente, el Tour está abierto a todos", señala.

Además Poulidor es optimista sobre el renacimiento de los grandes ciclistas en su país: "Nunca el pelotón francés había sido tan rico en elementos, los jóvenes corredores pueden ganar grandes carreras por etapas; Bardet, Pinot, Alaphilipp y Barguil que tienen un potencial enorme".

"Con Pinot y Bardet hemos encontrado otra vez el Anquetil-Poulidor. El año pasado, en una de las etapas, perdieron porque querían ganar los dos, se marcaron el uno al otro, lo que aprovecharon los otros, el público se va a apasionar con este duelo", continúa.

Poulidor, que hace diez años que no monta en bicicleta, "salvo 500 metros cada día para comprar el periódico", desvela el secreto de su buen estado: "Mis orígenes campesinos, eso es todo".

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