No podían fallar. La consigna estaba clara en el vestuario blanco después de perder en Mestalla y el acecho de sus rivales. El Madrid estuvo en la lona en el Estadio de la Cerámica, se vio desposeído del liderato, pero en el peor momento la luz de Isco guió otra remontada épica. Morata, como siempre desde el banquillo, permite a los blancos seguir en lo más alto. Fútbol sin premio del 'submarino amarillo'
La presión estaba en el tejado blanco. Sevilla y Barcelona habían ganado sus respectivos partidos y el Real Madrid ya no era líder.
Zidane salió con la 'BBC' y la misma alineación que sacó en la final de Champions de Milán, que por cierto no repetía desde aquella feliz fecha. Los primeros minutos de un partido de gran tensión no le fueron mal a los de Zidane, enfrascados en un toma y daca en el que el poderío ofensivo del Madrid podría llevarse el gato al agua.
Sin embargo, después de que Asenjo salvase con un paradón el gol cantado de Benzema, la brecha en el centro de campo cimentada en el no repliegue de la 'BBC' inclinó el campo hacia la portería de Keylor.
Llegaron 10 minutos de oleada amarilla un poco agridulces. Asenjo se tocó la rodilla y tuvo que ser sustituido por Andrés Fernández.
El público del Estadio de la Cerámica le dedicó una enorme ovación a un hombre que ya superó tres roturas de cruzado. En esta ocasión la lesión también pintaba mal.
Sin su portero titular pero sí con un gran nivel de tres cuartos hacia adelante, el Villarreal encerró al Madrid. Primero Dos Santos finalizó una jugada con un tiro desde la frontal que se fue fuera, antes de que Castillejo gozase de la mejor ocasión.
Un centro desde la izquierda dirigido al corazón del área lo remató con la fuerza del suyo Castillejo. Estaba solo, pero su toque se perdió por encima del larguero. Bakambu, con una acción individual en la banda, puso de nuevo en problemas a Keylor.
El Madrid se quitó de encima la presión de los de Escribá y sacó la cabeza antes del descanso. Sin ocasiones, pero al menos no fueron minutos de agobio. Mucho habría que cambiar para mantener el liderato.Otra épica remontada
En la primera parte no habían entrado así que tocaba en la segunda. La lluvia de goles comenzó desde el bando local.
Centro al segundo palo de Adrián, la toca Castillejo y Trigueros remata de volea al fondo de la red. Era un 1-0 merecido tras el gran nivel de juego del Villarreal.
La fiesta del 'submarino' no se quedó ahí. Con el Madrid volcado a por el empate, un sutil toque de Bruno para Bakambu fue el germen del 2-0. Estaba bordeando el fuera de juego el delantero e hizo buena su carrera para superar a Keylor Navas por el primer palo. Era la hora de Isco.
Zidane movió ficha y dio entrada al malagueño por Casemiro. Isco se echó el equipo a la espalda y todo cambió. Ronaldo envió de volea el cuero al poste y Bale no fallaría minutos después.
Un centro desde la derecha lo aprovechó el galés para recortar distancias ante un Villarreal que acusaba la presión.
El Madrid apretaba y encontró premio en forma de penalti. Un reboté llevó la pelota de forma involuntaria a la mano de Bruno y el colegiado señaló la pena máxima. Soldado recibió amarilla por protestar en el banquillo y Fran Escribá fue expulsado.
No pudo ver el técnico cómo Cristiano superaba a Hugo Sánchez como el jugador con más penaltis marcados en la historia de La Liga (57).
Quedaban 10 minutos de asedio blanco. 10 para consagrar una vez más la épica blanca. 10 para mantener el liderato, y 10 que Morata aprovechó para marcar otro gol salvador. Recuperó Isco, centró Marcelo y Morata cabeceó a gol con la ayuda de Andrés Fernández.
Se consumó una remontada tranquilizadora. El Madrid mantiene el liderato un punto por encima del Barcelona y tres por delante del Sevilla. A sus perseguidores todavía les queda la bala de Vigo.
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