Sagan se viste de amarillo y Contador vuelve a caerse

El campeón del mundo, el eslovaco Peter Sagan, rodará el lunes enfundado en el maillot amarillo después de imponerse este domingo al esprint en la segunda etapa del Tour con final en Cherbourg, en la que el español Alberto Contador volvió a sufrir una caída.

Sagan, habituado al maillot verde en París (cuatro veces), superó a Julian Alaphilippe tras un duro esprint en subida.

Tercero la víspera en la Playa de Utah, el corredor de la formación rusa Tinkoff (26 años) se vistió el maillot amarillo por primera vez en su carrera, lo mismo que le ocurrió el sábado al británico Mark Cavendish.

El pelotón jugó con fuego permitiendo una escapada de cuatro corredores formada casi al inicio de los 183 kilómetros en la que el belga Jasper Stuyven fue alcanzado a sólo 450 metros de la línea de meta.

El español Alejandro Valverde fue tercero, por delante del especialista irlandés Dan Martin y del australiano Michael Matthews.

Entre los favoritos el principal damnificado del día fue Richie Porte, retrasado por un pinchazo producido en la parte final del recorrido.

El australiano, cólider del equipo BMC (junto a Tejay Van Garderen), rebasó la línea de meta con un retraso superior al minuto.

Segundo día de Tour y segunda caída para Contador. El dos veces ganador de la carrera se fue al suelo el sábado en la primera etapa y volvió a hacerlo el domingo al verse implicado en una caída masiva ocurrida 60 kilómetros después de la salida en Saint-Lo.

El madrileño, dolido de su hombro derecho por su primera caída, se golpeó en la misma zona, según indicó su director deportivo Sean Yates.

Contador perdió tiempo con los favoritos, al igual que otros corredores (Rodríguez, T. Martin, Barguil...), pero retomó con el pelotón en Coutances, localidad que entró en la jistoria del Tour en 1924 cuando los hermanos Pelissier contaron sus desgracias al periodista Albert Londres, dando origen a la expresión "los forzados de la carretera".

"Dormí mal, pasé mala noche, pero estoy contento de estar aquí, el día será difícil, espero perder el menor tiempo posible", predijo Contador al inicio de la etapa.

Sus augurios se cumplieron, y visiblemente incómodo sobre el sillín se dejó un puñado de segundos (48) que bien pueden haberle costado el Tour, en el caso de que consiga terminarlo.

"Me caí detrás de Tony Martin, que perdió el control del manillar, yo estaba justo detrás", explicó. "Lo intenté todo para minimizar la pérdida pero al final es muy grande", estimó el líder del Tinkoff.

En esta etapa trascurrida íntegramente por La Mancha, cuatro corredores, el alemán Paul Voss, el italiano Cesare Benedetti, el belga Jasper Stuyven y el noruego Vegard Breen, pusieron la emoción desde la salida.

El cuarteto se benefició de la mansedumbre de un pelotón conducido por Stephen Cummings compañero del maillot amarillo Cavendish. La diferencia era de cuatro minutos a 50 kilómetros de meta.

Pero Stuyven, que distanció de sus dos últimos compañeros de aventura (Breen, Voss) abordó la subida a la Glacerie con poco más de un minuto de renta, lo que no fue suficiente.

"Estoy un poco decepcionado porque había una posibilidad de ganar", confesó Stuyven (Trek).

El lunes, el pelotón abandonará Normadía, en una larga etapa de 223,5 kilómetros de recorrido entre Granville y Angers, con Sagan vestido de amarillo, y poniendo poco a poco fin a la maldición que le ha llevado a quedarse en 16 ocasiones a las puertas de la victoria de etapa.

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