Agulla pasó el testigo a una nueva generación a la que ve un gran futuro

  • El wing Horacio Agulla jugó el viernes contra Sudáfrica, en la derrota por el tercer puesto del Mundial de rugby, su último partido con los Pumas, con apenas 30 años. Medalla de bronce en 2007 y cuarto en 2015, el jugador del Bath augura un gran futuro a la nueva generación nacida en este torneo.

"Esto está empezando, esto no es el fin de un ciclo para el equipo. Acá hay una base de jugadores jóvenes que viene haciendo las cosas bien. No tengo dudas de que el equipo tiene mucho para crecer", afirmó tras la derrota por 24-13 ante Sudáfrica.

"Hay que darle crédito al Huevo (el seleccionador Daniel Hourcade), que trajo un sistema de juego agresivo y ambicioso. Por momentos se jugó bien", añadió.

Las razones de su retiro de la selección se basan en el hecho de haber perdido la titularidad y en su decisión de seguir en Europa, cuando la Unión Argentina de Rugby (UAR) dejó claro que solo jugarán en los Pumas los que lo hagan en la franquicia bonaerense que se ha creado para competir a partir del año que viene en el Súper Rugby, el campeonato profesional del Hemisferio Sur.

En este Mundial jugó poco, pero el seleccionador argentino, Daniel Hourcade, le puso como titular en el partido por el tercer puesto ante Sudáfrica, antes de ser sustituido por Juan Pablo Socino en el minuto 58.

"Cuando vi el cambio, pensé que me habría gustado seguir, pero sentí que era una etapa cumplida, me sentí tranquilo. Haciendo un balance interno fue positivo, terminé en paz, di todo, siempre dejé la vida por este equipo. Yo no soy el más rápido, el más grandote, pero cada vez que entro a la cancha intento dejar todo, esa es mi firma quiero que el día de mañana cuando mis hijos pregunten me recuerden de esa forma", dijo Agulla.

"Soy un agradecido al Huevo de que me haya dado la oportunidad de jugar este partido. Luché mucho en este Mundial para ganarme un lugar. Me siento orgulloso de lo que dejo", indicó.

"Fue un Mundial raro para mí. No tuve la suerte de jugar mucho, me tocó ocupar un rol de ayudar a los demás. Es un día a día. No es fácil, pero lo principal es el equipo más allá de todo. Sabiendo que tenía los días contados en el equipo intenté hacer lo mejor que pude. Espero haber ayudado lo más que pude", añadió.

Ese último partido contra Sudáfrica fue muy emotivo para Horacio Agulla, uno de los jugadores que dejaban los Pumas tras este Mundial, junto a Juan Martín Fernández Lobbe, Marcelo Bosch o Marcos Ayerza.

"Como recuerdo de este partido, me llevo el abrazo final con todo el equipo. El cariño que me dieron todos me lo voy a llevar para siempre. En la semana también se me acercaron todos y me dijeron cosas muy lindas. Amigos y exjugadores también. Soy un afortunado", afirmó.

"Me voy con la medalla de bronce de 2007 y el cuarto puesto de 2015, pero lo más importante de eso es haberme mantenido diez años en el equipo, nunca haberme traicionado a mí mismo. Esos son mis recuerdos mas grandes. Si tengo que enseñarle algo a mis hijos, es dejar la vida en la cancha, y más con esta camiseta", señaló.

A Agulla le queda una temporada de contrato con el Bath. Después quiere seguir una más en Europa y regresar a su club en Argentina, a Hindú, donde espera llevar a su hijo Horacito, con la ilusión de juegue un día al rugby y llegue a Los Pumas.

"Si mi hijo puede ser igual de feliz que yo, me encantaría, pero que haga lo que quiera. Un poquito lo voy a llevar al club, pero tengo quilombos con eso porque mi mujer no quiere. Que haga lo que quiera y que disfrute", concluyó.

psr/jt

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