Alejo Corral, jugador en la actualidad del San Isidro argentino, que tiene 34 años y está disputando su primer y único Mundial, se trasladó con su familia a Punta del Este, en Uruguay, cuando tenía catorce, justo el año que su hermano Matías jugó el torneo de Sudáfrica.
Además de Matías, trece años mayor que Alejo, otro hermano, Estanislao, también jugador del San Isidro, como el resto de la familia, integró la selección juvenil argentina en 1984.
"Llevando este apellido siempre se esperan cosas de uno", afirma Alejo, insistiendo que no se le debe comparar con Matías, al haber hecho su camino muchos años después de haber jugado su hermano, al que tiene como una referencia y por el que siente "admiración".
En Uruguay hizo la secundaria y jugó en Los Lobos y Old Boys, hasta que volvió a Argentina y regresó al San Isidro Club, donde había jugado desde que empezó en este deporte con seis años.
Debido a los años vividos en el vecino país rioplatense decidió jugar con los Teros, pese a que reside en Buenos Aires, donde trabaja en el servicio de comunicación para el gobierno de la provincia.
"Es mucho esfuerzo estar trabajando y entrenando. Dejo de jugar tras este Mundial y me voy a dedicar de lleno a lo que es la comunicación", afirmó Corral a la AFP.
"Por suerte, tengo una situación de trabajo muy buena, donde me han apoyado y bancado para que pueda estar acá en el Mundial y les tengo devolver todo a mi trabajo", añadió.
En el Mundial jugó el primer partido, en la derrota ante Gales (54-9), y el técnico uruguayo Pablo Lemoine le dio descanso en la caída ante Australia (65-3).
"El entrenador decidió probar a otros jugadores contra Australia. Hay que tener en cuenta que yo ya me estoy retirando y el técnico tiene la vista puesta en el futuro y darle minutos a otros jugadores. Pero estoy listo para los próximos partidos si me toca", explicó.
Uruguay, con solo cuatro jugadores profesionales en el plantel de 31 presentes en el Mundial, está pasando un duro test en el Grupo de la Muerte, con cuatro selecciones del Top 10 mundial, Gales, Australia, con los que ya jugó, y Fiyi e Inglaterra, que esperan el 6 y 10 de octubre.
"Es un duro desafío para nosotros. Estamos jugando ante equipos que son superiores a nosotros y no le estamos escapando a la situación, vamos a buscarlos, vamos de igual a igual con los mejores equipos del mundo, con algunas cosas a corregir pero vamos a seguir por este camino para mejorar con Fiyi y también con Inglaterra", indica el pilar nacido en Argentina.
Alejo Corral cree que el rugby en Uruguay tiene un buen futuro y este Mundial está ayudando a crecer a la selección celeste.
"Se está por implementar un seis naciones americano. Haber estado en el Mundial nos da una competencia internacional. Se están dando cambios interesantes y muy positivos para poder competir con los mejores equipos", afirmó.
El jugador nacido en Argentina, pilar izquierdo como su hermano, no tuvo la carrera de Matías, pero está en un Mundial y ganó títulos nacionales en Buenos Aires con San Isidro. Tras el partido contra Inglaterra dirá adiós a los Teros y a este deporte.
psr/pm
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