Alexis Sánchez por fin maravilla al Camp Nou

  • El Camp Nou estaba impaciente por regalar su primera gran ovación a Alexis Sánchez, el gran fichaje culé de este verano que fue ensombrecido por la llegada de Cesc. Hasta la fecha, su temporada ha sido irrelevante por la lesión, pero el encuentro ante el Rayo Vallecano (4-0) le sirvió para reivindicarse.Fue el gran protagonista y salió ovacionado.
Barcelona, 4 - Rayo Vallecano, 0.
Barcelona, 4 - Rayo Vallecano, 0.
Aitor Amorós

El barcelonismo estaba pendiente del chileno, todavía no se había formado una opinión clara del ex del Udinese, y él lo sabía. Competitivo como pocos jugadores de la plantilla, en su interior albergaba la necesidad de desquitarse y explotar con un gran partido que enamorase al Camp Nou.

A Alexis Sánchez le conocen como "el niño maravilla", y con una maravilla en forma de gol conquistó al estadio azulgrana. Una jugada genial, un gol tan asombroso como necesario. El valor del primer tanto que metió el chileno fue doble, porque domó a un Rayo Vallecano que estaba sorprendiendo a todos con un planteamiento netamente ofensivo que puso en muchos problemas al Barcelona. Fue media hora de sufrimiento culé como pocas veces se ha visto en la era Guardiola que terminaron de un plumazo.

Alexis acomodó el esférico con la pierna izquierda en el pico del área vallecana, recortó con la derecha, y con el interior del pie colocó el esférico con mucho efecto lejos del alcance de Cobeño. Un disparo espectacular con el que desató los aplausos del Camp Nou y dejó helado al Rayo.

No terminó ahí la fenomenal actuación de Alexis Sánchez. El gol le dio más confianza, y no dudó en encarar, desbordar, combinar,… Ser erigió como el jugador más peligroso de los azulgranas, y eso, estando Messi sobre el terreno de juego, es mucho.

A falta de cinco minutos para el descanso, su segundo gol finiquitó el duelo. Convirtió un balón rebotado en Xavi en una asistencia involuntaria, y con un fuerte zurdazo alojó el balón dentro de la portería del Rayo Vallecano.

Era su noche, y tras estar dos meses lesionado, la disfrutó. Guardiola le cambió en la segunda parte, pero él pese al cansancio, mostró en su cara cierto desagrado por abandonar el campo. La gran ovación del Camp Nou transformó esa desilusión en una sonrisa. P

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