Pep Guardiola ha elevado a la máxima potencia la gran obra de Jupp Heynckes en el banquillo del Bayern de Múnich. Hoy, el conjunto alemán es un equipo más completo capaz de adaptarse a distintos tipos de juego. Además, está herido después de la dramática eliminatoria ante el Real Madrid del año pasado que llenó de dudas a un equipo acostumbrado a la excelencia.
En esta temporada, Guardiola, ante las lesiones de Thiago y Javi Martínez, ha dado la batuta a un Xabi Alonso que salió del Madrid en busca de minutos. El vasco da una salida de balón limpia a un equipo que tiene en Ribéry y Robben a dos de sus principales baluartes ofensivos. Ambos, ayudados por Lahm y Alaba que se encargan de crear superioridades en banda, ejercen un papel determinante en un equipo excelente tanto en la faceta defensiva como ofensiva. La zaga fue un problema para el entrenador español en su primera temporada pero la responsabilidad de sus cuatro jugadores defensivos hoy es más importante y trascendental.
Lo mejor: Ribéry y Robben son las estrellas de un equipo que aglutina toda la posesión del balón y que suele llegar con asiduidad al ataque. Lewandowski pone el gol y Müller siempre cumple cuando los partidos exigen bravía.
Lo peor: El conjunto alemán ha mejorado en defensa pero esta sigue siendo el punto débil de los alemanes. Los problemas a la hora del repliegue defensivo es la asignatura pendiente de Guardiola a la hora de enfrentarse a equipos con gente veloz arriba.
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