Armstrong planea sobre el Tour,... de nuevo

  • Quentin (Francia), 6 jul.- En bici, de visita, a través de Twitter o como blanco de las sospechas de dopaje, Lance Armstrong se las arregla para planear cada año, desde principios de los noventa, sobre el Tour de Francia.

Luis Miguel Pascual

Saint-Quentin (Francia), 6 jul.- En bici, de visita, a través de Twitter o como blanco de las sospechas de dopaje, Lance Armstrong se las arregla para planear cada año, desde principios de los noventa, sobre el Tour de Francia.

Esta vez, su nombre se ha colado a través de la investigación que sobre él tiene abierta la Agencia Antidopaje de Estados Unidos (Usada), después de que dos medios de comunicación publicaran que cinco excompañeros del texano, que se encuentran en la ronda gala, han testificado contra él.

George Hincapie, Levi Leipheimer, Christian Vande Velde y David Zabriskie, disputan la carrera en la bicicleta, Jonathan Vaughters como director del equipo Garmin.

Todos ellos compatriotas de Armstrong, con el que compartieron equipo en algún momento. Hincapie, que corre su Tour número 17, más que ningún otro ciclista en la centenaria historia de la prueba, estuvo al lado del texano en cada una de sus siete victorias en París.

Todos ellos han llegado a un acuerdo con la Usada, según el rotativo holandés "De Telegraaf" y el español "El País", para testificar contra Armstrong, confesar que ellos también se doparon y obtener, a cambio, una reducción de su sanción: seis meses en lugar de dos años.

De ser ciertas las informaciones, el séptuple ganador del Tour de Francia habría sido vendido por algunos de sus más sólidos fieles, de los escuderos que en el Motorola, el US Postal, el Discovery, el Astana e, incluso, el RadioShack.

Según los diarios citados, todos ellos hablaron con la Usada, pero ninguno de ellos quiso confirmarlo hoy. Tampoco lo desmintieron, lo que dio a la noticia, al menos, carta de naturaleza.

Los equipos de los afectados negaron haber recibido notificación oficial alguna y los ciclistas que hablaron dijeron muy poco.

Hincapie, que corre para el equipo del defensor del título, el australiano Cadel Evans, dijo estar "decepcionado" por tener que dar otra vez explicaciones sobre el caso, al tiempo que rindió homenaje a la labor "increíble" que ha hecho el texano por el ciclismo.

Leipheimer fue más tajante y aseguró que estas cosas "no hacen avanzar" la limpieza en el ciclismo.

El líder de la prueba, el suizo Fabian Cancellara, pidió que la investigación se cierre "lo antes posible", porque "a fuerza de mirar hacia atrás, vamos a volver a la Primera Guerra Mundial".

La dirección del Tour de Francia declinó hacer declaraciones "sobre una información periodística" y pidió paciencia "hasta que haya algún documento oficial".

Armstrong ve como las sospechas de dopaje manchan todavía más su palmarés. El texano está acusado del uso de sustancias dopantes, prácticamente de todo tipo, EPO, transfusiones sanguíneas, testosterona, cortisona y hormona del crecimiento, además de haber incitado a otros ciclistas a doparse.

Las acusaciones se dirigen también contra su exdirector belga Johann Bruynnel, y contra el médico italiano Michele Ferrari y los españoles Pedro Celaya Lezema y Luis García del Moral.

Armstrong, que ha negado las acusaciones, deberá testificar ante la comisión de arbitraje de la Usada antes del 22 de noviembre próximo, aunque la solución del caso puede alargarse porque es susceptible de llegar al Tribunal Arbitral del Deporte (TAS), con sede en Lausana.

De momento, las sospechas sobre el estadounidense han vuelto a invitar a Armstrong al Tour, una carrera que ganó entre 1999 y 2005, pero en la que sigue estando presente.

En 2006 su nombre fue noticia porque se publicó que los estudios efectuados sobre su sangre congelada del Tour de 1999 mostraban que había consumido EPO.

Al año siguiente, el texano visitó la carrera y, en concreto, el equipo Discovery, donde corría Alberto Contador, que acabó alzándose con la victoria final.

El Tour de 2008 estuvo marcado por la ausencia de Contador, apartado al igual que todo el equipo Astana, y por el anuncio de Armstrong de que tenía previsto volver a subirse a la bicicleta, una promesa que cumplió en 2009 en una edición que pasará a la historia por el duelo entre el texano y el español, ambos en el mismo equipo.

En 2010 regresó a las carreteras francesas y, aunque no estuvo a la altura de lo que se esperaba de él, se llevó parte de la atención. De una forma o de otra, Armstrong encuentra la forma de seguir en el Tour.

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