San Sebastián, 2 nov.- El preparador de la Real Sociedad Jagoba Arrasate reconoció que, tras encajar su equipo una nueva derrota, hoy ante el Málaga, no sabe si habrá dirigido su último partido como entrenador de la Real y también admitió que el vestuario y él mismo están "tocados".
Arrasate, disgustado tras otra nueva derrota de su equipo, señaló que "cuando los resultados no son buenos, uno ya sabe lo que puede pasar", en alusión al posible cese en su cargo.
Desveló que el presidente bajó a vestuarios tras el encuentro, pero que lo hizo únicamente para "animar" y entiende que "ya habrá tiempo para reflexionar y tomar las decisiones que haya que tomar".
El técnico vizcaíno considera que la situación "empeora" con este resultado porque ve "una inercia negativa" y también cree que falta "suerte" y que los arbitrajes tampoco están ayudando en los últimos encuentros.
Casi no habló del partido porque tuvo que referirse más a su situación personal, aunque sí le dio tiempo a lamentar "la oportunidad perdida" en la visita del Málaga que todos esperaban como un punto de inflexión en los malos resultados del equipo.
Arrasate dijo que a la Real le pudo pasar factura "la presión o la falta de confianza" y admitió que no ha encontrado soluciones a pesar de los cambios de sistema y jugadores, lo que ya supone "una mala señal" de lo que ocurre en el seno de su equipo.
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