Asumió nuevo presidente de la Conmebol en medio de escándalo que salpica a exmiembros

  • El uruguayo Wilmar Valdez asumió oficialmente este viernes como presidente interino de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), que tiene a varios de sus exdirigentes y dirigentes presos por corrupción.

Valdez tomó las riendas de la Conmebol en sustitución del paraguayo Juan Angel Napout, detenido en Zurich (Suiza) tras ser acusado por Estados Unidos de formar parte de un esquema de corrupción en la FIFA, y que ya puso en prisión preventiva a varios dirigentes y exdirigentes de la Concacaf y la Conmebol.

Su interinazgo será hasta el 26 de enero, día fijado por el comité ejecutivo para su congreso extraordinario en el cual podría ser confirmado para concluir el ciclo de Napout, que culmina en 2019.

El expresidente hizo llegar el jueves su renuncia indeclinable a la Conmebol por correo electrónico arrimado a la institución por sus abogados.

"Me toca vivir lo que viví en Uruguay cuando asumí también en forma interina y en medio de una crisis importante. Con el apoyo de todos salimos adelante y hoy (la asociación) funciona normalmente. Me enorgullece ser el presidente de la Conmebol más allá de la crisis", expresó Valdez en conferencia de prensa al finalizar la reunión del comité ejecutivo.

Remarcó que el fútbol sudamericano es el más importante del mundo. "Aquí están los mejores jugadores del mundo y nosotros (los dirigentes) tenemos la responsabilidad hoy de dignificar la Conmebol", puntualizó.

Valdez dijo que la unidad de los 10 países miembros de la Conmebol "es fundamental" para levantar la organización del shock producido por el escándalo que salpica a varios de sus miembros.

"Lo que pasó pasó y estoy convencido que tiene que haber un antes y un después de lo que pasó", subrayó, luego de anunciar que habrá "reformas profundas" en la entidad a partir de la revisión de sus estatutos prevista en el congreso de enero.

Este uruguayo, escribano y experiodista deportivo, asumió sin ninguna pompa ante representantes de las asociaciones nacionales miembros en la llamada Casa del Fútbol Sudamericano, la sede de la Conmebol en Asunción.

El nuevo comité ejecutivo conformado después del Congreso de enero "tendrá como principal objetivo realizar una profunda reforma de las estructuras de la Conmebol, incluyendo su Estatuto y administración", reza la primera resolución adoptada este viernes.

Las autoridades resolvieron "profundizar en la implementación de las medidas de transparencia y control que garanticen una eficaz y rigurosa administración de las operaciones económicas y procesos operativos", de la organización ya iniciados en el presente período.

El comité ratificó "de manera categórica" que la Conmebol continúe colaborando permanentemente en los procesos de investigación que se encuentran actualmente abiertos ante la justicia norteamericana.

De los dirigentes que figuraban como presidentes de las 10 asociaciones sudamericanas en 2013, año en que la Conmebol acordó derechos de televisación con la cuestionada compañía Datisa, ninguno se encuentra hoy al frente de sus entidades.

La lista es frondosa: Julio Grondona (Argentina, ya fallecido), José María Marín (Brasil), Rafael Esquivel (Venezuela, preso), Carlos Chávez (Bolivia, preso), Juan Angel Napout (Paraguay, preso), Luis Chiriboga (Ecuador, preso), Manuel Burga (Perú, preso), Luis Bedoya (Colombia), Sergio Jadue (Chile) y Sebastián Bauzá (Uruguay), este último el único que no ha sido señalado por el FBI.

Tanto Bedoya como Jadue viajaron a Estados Unidos y acordaron colaborar con la justicia norteamericana para rebajar sus penas.

El llamado 'Fifagate' se destapó el 27 de mayo cuando la fiscal general de Estados Unidos, Loretta Lynch, dio a conocer un escándalo de sobornos, lavado de activos y fraude electrónico en la FIFA.

En ese momento fueron acusados, entre otros, el expresidente de la Conmebol Nicolás Leoz, el vicepresidente de la FIFA uruguayo Eugenio Figueredo y el ex mandamás de la Concacaf, el trinitense Jack Warner.

El escándalo salpica hasta ahora a decenas de directivos y empleados de la FIFA, así como a presidentes de las asociaciones de fútbol de Sudamérica, Centroamérica y el Caribe.

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