Atlético añejo

  • El Atlético de Madrid cerró, tras vencer al Zaragoza (2-0), la primera vuelta de la Liga invicto en el Calderón, donde ha logrado un pleno, con diez victorias en diez partidos, y como subcampeón de invierno, un hito que no disfrutaba desde el doblete del 96.

Jenaro Lorente

Madrid, 13 ene.- El Atlético de Madrid cerró, tras vencer al Zaragoza (2-0), la primera vuelta de la Liga invicto en el Calderón, donde ha logrado un pleno, con diez victorias en diez partidos, y como subcampeón de invierno, un hito que no disfrutaba desde el doblete del 96.

Los números son aclaratorios. Los rojiblancos han hecho un fortín de su recinto. Como en los viejos tiempos, arañar algo del Manzanares es tarea harto complicada para los rivales. Lo avisó Manuel Jiménez, entrenador del Zaragoza, en la víspera del encuentro. "El Atlético es el mejor equipo de la liga jugando como local", sentenció.

Y acertó. Es el único equipo de Primera que lo ha ganado todo en casa en la primera ronda del campeonato. En el Calderón, donde ha marcado 30 goles y recibido 6, es intratable. Y el Zaragoza tampoco fue enemigo para los de Simeone. Es verdad que afrontó el duelo con bajas, pero nunca estuvo a la altura de los locales. Porque el Atlético transmite seguridad, algo que se intuye en la grada.

Ahora ocurre como antaño, cuando muchos de los adversarios asumían que de la visita al Calderón se marcharían de vacío. Lo ha logrado Simeone. Con su productivo sistema de "partido a partido". El Atlético se ha ganado el respeto de visitantes, que lo vuelven a considerar como un grande. Y de paso, se ha incrustado en la tabla de clasificación entre el Barcelona y el Real Madrid, al que aventaja en 7 puntos.

La afición también es diferente. Asume su papel de favorito y no sufre como antes. La grada confía en su grupo y sabe que, con la intensidad con la que sale al terreno de juego, tarde o temprano termina por llegar el tanto.

Ante el Zaragoza era una incógnita el trato que el público iba a dispensar al turco Arda Turan, después de que en las pasadas navidades dejase caer que se quiere marchar a final de temporada. La hinchada no se lo recriminó y Arda volvió a ser uno de los mejores sobre el césped. Lo mismo que Diego Costa, siempre un incordio para las retaguardias.

En un año, Simeone ha devuelto al conjunto al lugar que históricamente le corresponde. Hay que tirar de hemeroteca 17 años atrás para poder verlo como subcampeón de invierno. Y nadie ha sabido arrancar ni un sólo punto del Calderón en una rueda que el equipo concluye con 44 puntos después de catorce victorias, dos empates y tres derrotas. El Atlético ha recuperado la confianza, la estima y la consideración de los competidores. Es un Atlético añejo. EFE.

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