Argentina logró su billete también este domingo, en su caso con un triunfo más cómodo, por 43-20, sobre Irlanda en Cardiff. La otra semifinal medirá el 24 de octubre a Nueva Zelanda, que el sábado arrolló a Francia (62-13), y a Sudáfrica, que eliminó a Gales (23-19), también el sábado.
Escocia estuvo muy cerca de dar la gran sorpresa y llegó al último minuto de partido con una ventaja 34-32, que había logrado con un try de Mark Bennett en el 74 y la posterior conversión de Greig Laidlaw (75), pero un penal y el acierto del apertura Bernard Foley (80) terminó dando el triunfo a los Wallabies.
Australia consiguió hasta cinco tries, dos de ellos de Drew Mitchell (30, 43), mientras que los escoceses lograron tres, pero consiguieron llegar a la recta final con serias opciones de ganar en gran medida por el acierto con el pie de Greig Laidlaw, autor de dos conversiones y cinco penales.
"Los escoceses han hecho un gran partido y hemos tenido luchar contra eso. No mostramos nuestra mejor cara, pero cumplimos la misión", respiró aliviado el seleccionador de los australianos, Michael Cheika.
Su homólogo escocés, Vern Cotter, admitió que la forma de perder hacía mucho daño al equipo.
"Es algo realmente duro. Mis jugadores lo hicieron muy bien, un gran partido en el que nunca se rindieron. Hemos peleado durante todo el partido y ha sido únicamente un detalle lo que ha marcado la diferencia", lamentó.
Europa se queda ya fuera de un Mundial de rugby disputado en su suelo y el sur confirma su hegemonía sobre los países del norte, que siempre habían conseguido clasificar a al menos un equipo para las semifinales de esta competición.
Inglaterra, el único equipo del hemisferio norte que ha sido campeón del mundo (2003), había quedado incluso eliminado en la fase de grupos pese a ser el anfitrión.
Australia tendrá que hacer frente ahora a los Pumas en su intento de volver a una final del Mundial, algo que no consigue desde su derrota en casa ante los ingleses hace doce años.
En su palmarés, eso sí, lucen dos coronas mundiales, las logradas en 1991 y 1999.
Hace cuatro años, en el Mundial-2011, los australianos también alcanzaron las semifinales, pero perdieron allí ante Nueva Zelanda (20-6), el equipo local y futuro campeón.
Triunfar en el Mundial sería el cierre perfecto a un gran año para los Wallabies, que ya se proclamaron campeones en el Rugby Championship, el torneo que reúne a los cuatro gigantes del Hemisferio Sur. En esa competición se impuso por 34-9 a Argentina en Mendoza.
Escocia, por su parte, sólo llegó a semifinales del Mundial en una ocasión (1991) y no pudo ahora repetir, 24 años después.
Pese a esta eliminación, el equipo consiguió mejorar sensiblemente su imagen internacional, después de su catastrófico Torneo de las Seis Naciones a principios de año, donde quedó último y se quedó con la simbólica y deshonrosa 'Cuchara de Madera', con un pleno de cinco derrotas.
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