Barcelona, otro feudo inexpugnable de la 'era Nadal'

  • Ginés Muñoz.

Ginés Muñoz.

Barcelona, 30 abr.- "Lo he intentado todo, como siempre. Quizá es la vez que más cerca he estado, pero Rafa es Rafa, y ya sabemos lo bueno que es. He perdido cuatro veces aquí, pero las cuatro contra un grande", dijo David Ferrer nada más caer de nuevo en la final del Godó (7-6 y 7-5) ante el 'rey de la tierra batida'.

El sábado por la tarde, tras el partido de semifinales, Verdasco simplificaba aún más el discurso para explicar el domino que ejerce Nadal sobre arcilla y por qué ha sido capaz de prolongar su reinado en Barcelona desde que perdiera por primera y última vez en la segunda ronda de 2003 ante Àlex Corretja.

"Solo le hecho cuatro juegos. Los mismos que Djokovic (número uno del mundo) le hizo la semana pasada en la final de Montecarlo o Tipsarevic (octavo jugador mundial), ayer. Rafa nos mete palizas a todos. Menos mal que la amistad se deja a un lado en la pista, porque sino nadie sería amigo suyo", ironizaba.

Verdasco ha sido el único que ha ganado en Barcelona en la 'era Nadal'. Fue en 2010 y sabe que, si levantó el título, fue porque el hexacampeón de Roland Garros no jugó aquel año por lesión.

Ferrer, cuatro finales en las últimas cinco temporadas, ya tendría algún Godó en sus vitrinas si cada año por estas fechas Rafa no se presentase en el RCT Barcelona dispuesto a repartir raquetazos a diestro y siniestro.

El alicantino, sexto en el ránking ATP, ha caído cuatro veces en la última ronda. Y siempre lo ha hecho contra el mismo. Manolo Orantes, por ejemplo, perdió otras cuatro finales, pero ante tres rivales diferentes (Borg, Nastase y Kodes) y además tuvo el consuelo de ganar otras tres.

Guillermo Vilas, como Ferrer hasta ahora, jamás levantó el título en Barcelona y perdió otras cuatro finales, pero al menos puede repartir la culpa entre Wilander y Lendl, que le ganaron dos veces cada uno.

Ferrer en cambio, siempre ha tropezado con el mismo. Su amigo Nadal, la 'Bestia' de la arcilla, el hombre que va camino de pulverizar todos los récords en el polvo de ladrillo.

Porque aunque parezca mentira, Nadal, 25 años, 48 títulos ATP, 34 de ellos en tierra batida, aún le quedan retos que superar en esta superficie.

Es el único en la historia que ha sido capaz de ganar dos torneos siete o más veces (lleva siete títulos en Barcelona y ocho en Montecarlo), pero aún hay dos tenistas que han ganado más en tierra que él.

Thomas Muster logró 40 entorchados y Guillermo Vilas 45. Aunque bien es cierto que en la época en que ambos ejercían su tiranía sobre arcilla el circuito era una suerte de mapamundi plagado de torneos que no seguían un calendario unificado y donde los mejores solo se encontraban en los Grand Slams.

Rafa aspira hacerlo en el profesionalizado circuito ATP de hoy día. Tal como está confeccionado el actual calendario, tendría que ganar Montecarlo, Barcelona, Madrid, Roma y Roland Garros, un par de veces más para lograrlo.

"El límite te lo marcas tú, tu cuerpo, tu mente. Cuando llega el límite tú lo sabes y entonces será el momento de irme a pescar", declaró ayer tras su séptimo Godó.

Lo que no dijo Rafa es que antes de coger la caña piensa superar a Muster y a Vilas para que ya nadie dude de que él es el mejor jugador que ha existido jamás en tierra batida.

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