Benzema y Koke ponen al Real Madrid y al Atlético rumbo de Berlín

Los protagonistas de la final de la pasada edición de la Champions League, Real Madrid y Atlético, caminan con paso firme hacia las eliminatorias del presente torneo. Los blancos ya certificaron su presencia en octavos despachado con suficiencia al Liverpool y los de Simeone, que empezaron a contrapié tras perder en la jornada inaugural ante Olympiakos, terminaron de enderezar su rumbo con una victoria en Malmoe. Una victoria ante los griegos sellará el avance del subcampeón.

Los blancos siguieron su marcha con una rutinaria noche en Chamartín ante el Liverpool, rebajado por su entrenador desde la alineación. No alistó a Gerrard ni Sterling. Una capitulación desde las intenciones en el Bernabéu casi siempre tiene mal final. Por momentos en la primera mitad pareció que el Madrid iba a abundar en su versión arrolladora. Se adelantó gracias a un gol de Benzema tras una gran jugada de Marcelo, el mejor de la noche. Pero el campeón se apagó paulatinamente. Llamó Rodgers en la segunda mitad a filas a Gerrard y Sterling pero el Liverpool en ningún momento pudo inquietar al Madrid.

El día que reaparecía Bale en la convocatoria, Ancelotti dio carrete al Madrid de los cinco dieces. Sólo tras la reanudación dio entrada al galés y sustituyó a James. En un equipo de letargo, dos chispazos de Bale fueron de los más destacado del Madrid. Primero estrelló el balón en el larguero y después hizo lucirse a Mignolet en una falta en la frontal que él mismo había forzado tras una gran cabalgada que le costó la amarilla a Alberto Moreno.

Márchamo de campeón sigue teniendo este Atlético diferente pero igual de competitivo. El equipo de Simeone se está reconvirtiendo a ritmo de victoria. No ha perdido comba en la Liga BBVA y en la Champions tiene en la mano el liderato del grupo tras vencer por 0-2 al Malmoe. Fue otra gran noche de Koke, autor del primero con una preciosa espuela al vuelo, y Juanfran, que regaló los dos tantos en dos potentes cabalgadas hasta línea de fondo culminadas con clarividencia. Raúl García aprovechó el segundo servicio para sentenciar a un combativo Malmoe.

Dentro de sus limitaciones, ofreció batalla el conjunto sueco, especialmente en los primeros minutos del segundo acto. Una doble oportunidad pudo cambiar la historia, pero la providencia se vistió de colchonera. Rosenberg la estrelló en el palo y el árbitro omitió un penalti por manos de Siqueira. La suerte de los campeones. Después de protagonizar una desgarradora final en Lisboa, los dos equipos ponen rumbo firme a febrero, donde se empieza a decidir esta competición.