Bolt sigue contando de tres en tres

  • Contar las medallas de oro de tres en tres, sea cual sea el campeonato que le salga al paso, se ha convertido en una rutina para el jamaicano Usail Bolt, el gran icono del atletismo mundial, que en 2013, sin necesidad de batir nuevos récords, siguió acaparando la atención de los aficionados.

José Antonio Diego

Madrid, 16 dic.- Contar las medallas de oro de tres en tres, sea cual sea el campeonato que le salga al paso, se ha convertido en una rutina para el jamaicano Usail Bolt, el gran icono del atletismo mundial, que en 2013, sin necesidad de batir nuevos récords, siguió acaparando la atención de los aficionados.

No fue el único que consiguió un triplete en los Mundiales de Moscú. También lo hizo, y exactamente en las mismas disciplinas (100, 200, 4x100), su compatriota Shelly-Ann Fraser, pero "el cohete de bolsillo" lo conseguía por vez primera.

La brillante ejecutoria de los dos velocistas jamaicanos fue recompensada con el galardón de mejores atletas mundiales del año que en noviembre les entregó la IAAF en su Gala de Montecarlo.

Bolt remató su triplete en los Mundiales de Moscú al conseguir el último día, como miembro del relevo 4x100, su octava medalla de oro en campeonatos del mundo y la décima en total. Se convertía así en el atleta más laureado de la historia del torneo, superando al estadounidense Car Lewis, que obtuvo igual número de oros pero con una plata y un bronce frente a dos platas del jamaicano.

La marca de 9.77 en 100 metros que dio a Bolt su primer oro en Moscú fue la más valiosa de las registradas en los Mundiales, de acuerdo con las tablas de puntuación de la IAAF, y su nuevo triplete, que se sumaba al de los Juegos de Pekín 2008 y al de los Mundiales de Berlín 2009, disparó su cotización hasta los 300.000 dólares por carrera.

La ausencia por lesión de su compatriota Yohan Blake, campeón de 100 metros en 2012 tras la descalificación de Bolt por salida falsa, y el positivo del estadounidense Tyson Gay por un esteroide exógeno habían facilitado el trabajo del "Relámpago" en Moscú.

Shelly-Ann Fraser-Pryce, la velocista más grande del momento condensada en 152 centímetros de estatura, capturó también el triplete de la velocidad, aunque en 200 ganó tras la caída de la estadounidense Allyson Felix, tres veces campeona, que le había derrotado en la final olímpica de Londres 2012

La brillantez de sus imbatibles velocistas contrastó con las sombras que se ciernen sobre el atletismo jamaicano. En noviembre, los once miembros de la dirección de la Agencia Antidopaje de Jamaica (JADCO) presentó su dimisión, después de la polémica surgida sobre la falta de rigor en su sistema de control.

La Agencia Mundial Antidopaje (WADA) tuvo que vigilar estrechamente a la JADCO tras conocerse que en Jamaica no se practicó ningún control por sorpresa antes de los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Un año después han saltado los positivos de ocho atletas, entre ellos los velocistas Veronica Campbell-Brown, tres veces campeona olímpica; Asafa Powell, ex plusmarquista mundial de 100 metros, y Sherone Simpson.

El triplista Teddy Thamgho, discípulo del cubano Iván Pedroso, dejó a su paso por el Mundial de Moscú una de las mejores marcas del campeonato. Batió a otro cubano, Pedro Pablo Pichardo, en un formidable combate que el francés resolvió por KO con un soberbio salto final de 18,04, el mejor del mundo en 15 años y el quinto de la historia por encima de los 18 metros.

Thamgo se convierte en el tercer hombre que rompe el muro de los 18 metros, siguiendo los pasos del plusmarquista mundial, el británico Jonathan Edwards (18,29) y del estadounidense Kenny Harrison (18,09).

Los Mundiales tuvieron su momento más emotivo el 13 de agosto, cuando Yelena Isinbáyeva puso broche de oro a su gloriosa carrera deportiva con su tercer título mundial de pértiga con un salto de 4,89, aunque no pudo regalar un nuevo récord a sus paisanos, que por primera vez casi llenaron el estadio Luzhnikí.

Caterine Ibargüen, rebautizada en los medios rusos como Caterine la Grande en recuerdo de la emperadora, cuajó en Moscú la mejor actuación latinoamericana con su medalla de oro en triple salto.

El atletismo latinoamericano, que a los efectos del medallero vivió durante decenios de los éxitos cubanos, ha encontrado una nueva joya en esta enfermera-saltadora que el 15 de agosto escribió en el estadio Luzhnikí un capítulo de oro en la historia del deporte colombiano con un salto de 14,85 metros.

Los Mundiales terminaron, por primera vez en los últimos doce años, con Rusia al frente del medallero. Siete medallas de oro, frente a las seis de Estados Unidos, concedieron el primer puesto al equipo de Putin pese a que el norteamericano recolectó más en total: 25 frente a 17. En la clasificación por puntos, sin embargo, volvió a dominar la selección estadounidense.

Fuera de la gran cita del calendario 2013, y fuera de los estadios, el atletismo deparó un récord de excepción. El 29 de septiembre, en Berlín, el keniano Wilson Kipsang Kiprotich, que sólo pudo ser tercero en los Juegos de Londres, batió la plusmarca mundial con 2h03:23, atizando el debate sobre los límites del ser humano en el deporte.

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