Borja Fernández, el "gigante" asturiano de Catar

  • Nunca se hubiera imaginado cuando hace una década, cumplidos ya los 23 años, se acercó por primera vez a una pista de balonmano, que un día disputaría las semifinales de un Mundial, y mucho menos vistiendo la camiseta de Catar, la selección con la que Borja Fernández, este asturiano de 33 años, peleará mañana por lograr una plaza en la gran final.

Javier Villanueva

Doha, 29 ene.- Nunca se hubiera imaginado cuando hace una década, cumplidos ya los 23 años, se acercó por primera vez a una pista de balonmano, que un día disputaría las semifinales de un Mundial, y mucho menos vistiendo la camiseta de Catar, la selección con la que Borja Fernández, este asturiano de 33 años, peleará mañana por lograr una plaza en la gran final.

Y es que en el ya lejano 2005 los esfuerzos de Borja Fernández, que llegó a debutar en la Liga ACB con el Jovenut de Badalona, se centraba en machacar los aros rivales con su equipo, el CAI Zaragoza de baloncesto.

"Yo estaba en Zaragoza. Acabamos la Liga con el CAI y me propusieron ir un día a entrenar con el equipo de balonmano, y me dije, bueno voy un día para que me dejen tranquilo, pero me gustó, volví otro par de veces y luego Valero Rivera me propuso cambiar de deporte y no lo pensé mucho y me cambié", explicó Fernández.

Un Valero Rivera, el técnico que llevó a España hace dos años a su segundo título mundial y actual seleccionador catarí, que también estuvo detrás de la llegada de este "gigantón" de más de dos metros a las filas de la selección de Catar.

"Hombre, si no hubiera estado Valero me lo hubiera pensado mucho más lo de venir a Catar, porque yo estaba muy a gusto jugando en Francia, pero la presencia de Valero es siempre un sinónimo de garantía, además de que se me habría la oportunidad de jugar un Mundial", comentó el pivote "catarí".

Un Borja Fernández que es uno de los nueve jugadores nacionalizados con los que Catar buscará mañana ante Polonia un puesto en la gran final del domingo, un hecho que ha generado una gran polémica en la que el jugador prefiere no entrar.

"Hasta ahora nunca se había hablado nada de esto. Hay mil selecciones que han nacionalizado jugadores, España mismamente ha tenido jugadores nacionalizados, y nunca se ha dicho nada. Las reglas son la que son, nosotros las cumplimos y si hay que preguntar a alguien será a la Federación Internacional y no a los jugadores", comentó Fernández.

Palabras que no parece que puedan aplacar la polémica que se ha desatado por las nacionalizaciones del equipo catarí, en especial desde la llegada al equipo del portero de origen bosnio Danjel Saric, considerado como uno de los mejores del mundo.

Controversia que no altera la felicidad con la que Borja Fernández, que nunca fue convocado por la selección española de balonmano, afronta las jornadas finales de un Mundial de Catar, en el que como reconoció nunca la selección anfitriona pudiese llegar tan lejos.

"La verdad es que ni me lo planteaba, estamos viviendo un sueño, y queremos seguir soñando. El objetivo era pasar la fase de grupos y luego pensar partido a partido y, mira, estamos en las semifinales", señaló el jugador.

Paso previo a una final, en la que Borja Fernández, que ya fue decisivo en el triunfo de Catar sobre Alemania en los cuartos de final, podría encontrarse con su gran amigo, el extremo internacional español Valero Rivera Folch, del que es el padrino de su único hijo.

"Desde el primer día que empecé a jugar al balonmano he estado con él y claro que sería especial enfrentarme con él y con España en una final, pero el sueño es poder jugar esa final, ya sea contra España o no", aseguró Fernández con su inconfundible acento asturiano.

Hecho que no le impide como a los Saric, Markovic, Roine y Capote, otros de los "nuevos cataríes" cantar con pasión antes de los partidos el himno de Catar, una letra que Borja Fernández espera poder volver a cantar el próximo domingo en la gran final.

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