Madrid, 24 oct.- Los españoles Walter Bouzán y Álvaro Fernández Fiuza, que ayer han revalidado en K-2 el título de campeones del mundo de piragüismo en la modalidad de maratón, han llegado hoy a España con la imagen "engrandecida" de su logro, después de contemplar anoche desde los rascacielos que rodean la bahía de Singapur la "increíble espectacularidad" del escenario.
"Es cierto que, desde el punto de vista deportivo, no era un lugar adecuado para acoger una regata, pero como marco era único, jamás hemos competido en un sitio así y no será fácil que vuelva a ocurrir", ha dicho a EFE Bouzán, tras aterrizar en el aeropuerto de Barajas, en Madrid, esta tarde.
El palista asturiano ha lamentado el oleaje que generaban los barcos turísticos, los cuales no cesaron su navegación por la amplia bahía del país singapurés durante la competición, pero ha añadido: "Quedará grabado para siempre en nuestras retinas".
"Nos sentimos unos privilegiados por este título mundial", ha abundado el español en referencia al enorme potencial de participantes y al circuito de siete vueltas, que completaba 30 kilómetros de recorrido, parte de él sobre la mayor plataforma flotante del mundo, cerrando un círculo que también definían rascacielos y la original construcción arquitectónica Marina Bay.
Álvaro Fernández Fiuza ha subrayado que la medalla de oro tiene, además de ese "extra" que aporta el lugar, la circunstancia "trascendental" de haberle permitido a España renovar el título de campeona del mundo por naciones, un reto como equipo.
"Éramos la última prueba en competir y sabíamos que hacían falta esa treintena de puntos, así que hubo que apurar", ha bromeado.
El gallego, afincado en Oviedo, ha lamentado "de corazón" la "fatalidad" sufrida por el otro K-2 español, integrado por Emilio Merchán y Pablo Baños, con el que habían compartido la cabeza de la regata hasta que el zamorano y el andaluz tuvieron que retirarse tras romper el timón de su piragua.
Fiuza, que suma su tercer título mundial consecutivo de maratón en K-2, el primero de ellos junto a Merchán, en 2009, ha resaltado entre los aspectos más relevantes la competitividad en su prueba, por la calidad de embarcaciones como las que les han acompañado en el podio, el barco francés, reciente campeón europeo, y el checo, que fue bronce el Mundial anterior, completando el podio de las dos embarcaciones españolas.
"Nosotros estábamos muy, muy fuertes", ha reconocido el gallego, que ha revelado cómo esa entereza le ha facilitado superar el contratiempo en el que se ha visto involucrado cuando se disponía a embarcar en la salida del último porteo.
"La parte trasera de la piragua estaba un poco separada del embarcadero y, al intentar entrar en ella, metí una pierna entre la embarcación y el pantalán, cayéndome al agua; me agarré con fuerza a ambos lados y conseguí volver a subirme, eso tengo que agradecerlo a lo fuerte que estábamos", ha confesado.
Fiuza ha reconocido que, "una vez salvado" el que cree que pudo haber sido un "fatal percance", sintió que el título del mundo estaba a los aproximadamente 1.000 metros de distancia a los que estaba la meta, que los españoles encararon con ventaja tras haber incrementado el ritmo impuesto para entrar con mayor diferencia en el séptimo y último porteo.
Bouzán y Fiuza son los autores del mejor resultado sénior de la selección española, que ha llegado hoy a Madrid, procedente de Singapur, donde ha vuelto a proclamarse campeona del mundo por naciones gracias a un total de siete podios.
Además del oro de Bouzán y Fiuza han obtenido en sénior medalla de plata, Tono Campos (C-1), y bronce, David Manuel Mosquera (C-1) y Naiara Gómez y Amaia Osaba (K-2), a los que se han sumado en sub'23 los oros de Eva Barrios, en K-1, y Manuel Garrido, en C-1, y la plata de Emilio Llamedo.
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