Bukaneros: una afición antifascista con más poder en el Rayo que el propio Rayo

Los bukaneros, contra un desahucio en Vallecas.
Los bukaneros, contra un desahucio en Vallecas.
EFE

Los bukaneros son conocidos por ser una de las aficiones con más masa social de España: desde 1992, coincidiendo con una de las épocas doradas de un Rayo Vallecano que por entonces se había ganado el apodo de 'matagigantes', ocupan el fondo del Estadio de Vallecas. Y, también desde entonces, se han erigido en el escaparate ideológico de la izquierda antifascista, al menos de Madrid. De ahí el reciente incidente con Roman Zozulya, el delantero del Albacete que en su día no pudo recalar en el equipo franjirrojo porque los bukaneros se opusieron al fichaje en 2017 de un jugador con lazos con la extrema derecha y que el pasado domingo recibió los insultos y las iras de la afición rayista, lo que provocó la suspensión del encuentro contra los manchegos en Segunda División.

La historia es conocida: al borde de cerrar el mercado invernal de la temporada 2016-17, el Rayo Vallecano llegó a un acuerdo con el Betis para la cesión de Zozulya por lo que quedaba de curso. Sin embargo, al enterarse de la noticia, en un día frenético, los bukaneros acudieron al primer entrenamiento del delantero ucraniano con el club con una pancarta en la que se podía leer: "Vallekas no es lugar para nazis. Presa, para ti tampoco. Vete ya", en referencia al presidente del club. Entonces, algunos aficionados empezaron a increpar e insultar a Zozulya e, incluso, tres furgones de la Policía tuvieron que acudir a las instalaciones para que la situación no fuese a mayores.

Aquel incidente terminó con el delantero ucraniano de vuelta en Sevilla, a pesar de sus explicaciones por carta a la afición rayista ("Nunca he estado vinculado a ningún grupo neonazi ni paramilitar", decía en ella) y sin poder disputar el último tramo de la temporada, ya que no pudo ser inscrito de nuevo por el Betis. Sin embargo, lo más impactante fue la presión ejercida sobre Martín Presa, hasta el punto de que el presidente llegó a pedir explicaciones al conjunto sevillano sobre la afiliación política de Zozulya, en base a las denuncias de los bukaneros. 

Es una más de las muestras del poder que tienen los bukaneros en Vallecas. De hecho, quizás la que más sorprende en el exterior es que tengan el privilegio de ser un actor más en los asuntos del club: en 2013, Paco Jémez (entrenador del Rayo por entonces) accedió a que se reunieran con la plantilla. Entre los asuntos a tratar con los capitanes del equipo (Cobeño, Trashorras y Tito), estaban criticar la presunta falta de apoyo por parte de los jugadores en sus diversas reivindicaciones sociales, así como explicar a los futbolistas las razones de su enfrentamiento abierto con Martín Presa.

Unas reivindicaciones basadas en pilares ideológicos que el grupo expresa en su propia página web, como "la lucha y defensa de nuestro equipo, nuestro barrio y nuestra forma de entenderlo siempre limpia de racismo y fascismo, valores tan alejados de nosotros como de lo que el Rayo Vallecano representa". Una mezcla entre fútbol, política, acción social e ideología que evidencia que el fichaje de Zozulya supuso en 2017 un pulso entre los bukaneros y Presa. Y ya saben quién terminó dando el brazo a torcer.

Sea como fuere, lo cierto es que la masa social del Rayo va más allá del fútbol. Solo hace falta recordar momentos como el que se vivió en 2014, cuando la plantilla se haría cargo del alquiler de un nuevo piso para Carmen, un anciana que fue desahuciada y con la que el Rayo Vallecano se volcó por completo. Y, quizás, la mejor forma de entender ese compromiso social del club de Vallecas sean las palabras que entonces pronunciaba el hijo de la mujer: "Que nos haya ayudado el club más pobre nos hace pensar que otro equipo más poderoso, como el Real Madrid, podría haber hecho algo. No tenemos palabras de agradecimiento para el Rayo".

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