'Botas Verdes' y 'El saludador': los cadáveres que señalan el camino en el Everest

Desde 1921 casi 300 personas han perdido la vida en el Everest y en pleno 2016 la montaña más alta del mundo es un cementerio de cadáveres donde durante la ascensión se pueden ver alrededor de un centenar de ellos que sirven como referencia a los alpinistas que intentan hacer cima y vivir para contarlo.

Los datos bailan pero se habla de que en las cumbres hay más de 200 cadáveres de los que 150 aún no se han encontrado. Antes de iniciar cualquier expedición, los alpinistas deben rellenar una especie de formulario donde deciden que se debe hacer con su cuerpo en caso de no salvar la vida. Entre las opciones están dejar el cadáver en la montaña, retornarlo a Katmandú y la tercera regresarlo a casa. Por ello y por la dificultad para el rescate muchos de ellos no pudieron regresar a casa.

Este formulario existe porque 'la zona de la muerte' antepone un riesgo extremo para la vida. Rebasado el campo 4 y superado los 8.000 metros de altura se entra en una zona donde la aclimatación es casi imposible, la cantidad de oxígeno respirable es un tercio de lo habitual y se necesita la utilización de botellas de oxígeno. Muchos de ellos consiguen superarla en la subida pero no en la bajada."Quedan tres horas para llegar a Botas Verdes"

"Quedan tres horas de subida para llegar a Botas Verdes". Esta frase es utilizada por los alpinistas para referirse a un cadáver con unas botas verdes situado en la llamada 'zona de la muerte'. Este cuerpo es uno de los más conocidos en la ruta sur que lleva desde el 11 de mayo de 1996. Su nombre era Tsewang Paljor y un alguacil indio que murió de frío junto a otras siete personas. Se encuentra situado en una cueva y todo aquel que quiera hacer cima tiene que pasar por al lado de su cuerpo.

"Simplemente no se pueden bajar porque son rutas muy complicadas. Hay algunos que caen hacía otras rutas que son inaccesibles, los fallecidos que se pueden bajar se bajan si no las imágenes serían horribles", relata el alpinista Carlos Soria que subió al Everest en 2001.

Al lado de los restos de 'Botas Verdes' se encuentran los restos de David Sharp, un alpinista que falleció de forma agónica tras quedarse sin oxígeno y que ningún 'compañero' que pasó por su lado durante sus últimos minutos de vida hizo nada por rescatarlo. "Mi nombre es David Sharp y estoy con Asian Trekking. Tengo mucho sueño", estas fueron sus últimas palabras.

Otros de los cadáveres más conocidos durante la ascensión es 'El Saludador', que se puede encontrar durante los primeros tramos de la ascensión y que yace en el suelo desde el año 1997. Se le apodó así por su curiosa pose con los brazos abiertos.

La dramática historia del matrimonio Arsentiev

Francys y Sergei Arsentiev era un matrimonio estadounidense que pidió permiso a su hijo de ocho años para intentar coronar el Everest. Tras hacer cima Francys se perdió y su marido se armó de valor con una botella de oxígenos y volvió a rescatarla. Nunca lo consiguió. 

Una expedición encontró a su mujer pero no consiguió rescatarla por la dificultad para arrastras el cuerpo. Durante del descenso se encontraron con Sergei pero este jamás volvió. Ocho años después la expedición que la abandonó volvió para cubrirla con la bandera de Estados Unidos.