Casillas se la juega en los cuatro partidos que le quedan para acabar el año

    • Sigue sin acostumbrarse a la suplencia y tiene que hacer un ejercicio de automotivación para que no se vea afectado su rendimiento
    • Una eliminación contra el Olimpic de Xàtiva le dejaría sin jugar hasta finales del mes de febrero, cuando se disputan los octavos de la Champions
Casillas señala a Cristiano y asegura sentirse a gusto en el Real Madrid
Casillas señala a Cristiano y asegura sentirse a gusto en el Real Madrid
Ulises Sánchez Flor

Quedan siete partidos para acabar el año y Casillas va a jugar cuatro: dos de Champions (Galatasaray y Copenhague) y otros dos de la Copa del Rey (Olimpic de Xàtiva). El portero internacional, que sigue sin estar acostumbrado a la rotación que ha implantado Carlo Ancelotti en la portería, se ve obligado a entrenar su mente para no cometer ningún error que le pueda dejar, todavía más, en una situación delicada. Iker va a pasar del banquillo a jugar, en poco tiempo, una competición del nivel de la Champions a otra como la Copa del Rey en la que tiene mucho que perder y poco que ganar. Los fantasmas de las eliminaciones contra equipos como el Toledo o el Alcorcón están ahí para un Real Madrid que baja la guardia en lo que considera el tercer trofeo en importancia de la temporada.

Iker, que reconoció la semana pasada en un acto publicitario que está triste, vuelve a la titularidad este miércoles contra el Galatasaray en el penúltimo encuentro de la fase de grupos de la Liga de Campeones. El Real Madrid necesita un punto para asegurarse el primer puesto, aunque puede que ni le haga falta según se desarrollen los dos partidos que quedan por disputar. El equipo de Ancelotti ha hecho los deberes en los cuatro partidos anteriores y ahora se puede permitir el lujo de tomarse un respiro. No es el caso de Iker Casillas que espera estos partidos con un estado de ánimo en el que se mezcla la inquietud y la desmotivación. Por un lado le permite seguir en activo y acumular puntos para que Vicente del Bosque justifique su presencia en el Mundial de Brasil. Pero por otro lado es consciente de que, por muy bien que lo haga, no va a revertir su situación y seguirá siendo suplente en la Liga.

Motivarse para jugar dos partidos de la Champions, pese a que la clasificación para los octavos está resuelta, le resultará más fácil que los dos partidos de Copa del Rey que tiene que jugar ante el Olimpic de Xàtiva. Cuando llegue la Copa se verá en una situación extraña para él. Otras temporadas eran sus suplentes (Dudek, Adán...) los que disputaban estas citas menores y él descansaba para seguir jugando la Liga y la Champions. Pero ahora Iker se tiene que agarrar a estos encuentros peligrosos en los que un fallo o un error le pueden perjudicar su imagen.

Su situación es delicada. En la recta final del año va a jugar cuatro partidos, por los tres de Liga que tendrá Diego López (Valladolid, Osasuna y Valencia), en los que tiene que seguir demostrando su calidad y en los que no se puede permitir un fallo. Ese ejercicio de automotivación que tiene que realizar no es fácil porque sigue sin acostumbrarse a la suplencia. Pasar de estar en el banquillo, con la mente desactivada, a mantener una alta concentración contra Galatasaray, Copenhague y Olímpic de Xàtiva también produce un desgaste. El cuerpo técnico y, en especial, Zidane están muy atentos al día a día del capitán.

Casillas se tiene que motivar para sacar lo mejor de sí mismo y, entre sus retos, está el de salir victorioso este miércoles del duelo contra dos delanteros poderosos como Didier Drogba y Burak Yilmaz. Los atacantes del Galatasaray se juegan mucho y una buena actuación le puede devolver el protagonismo olvidado. El doble partido contra el Olimpic de Xàtiva se lo tiene que plantear como una final porque si su equipo se clasifica se asegurará seguir jugando en el mes de enero, donde no hay encuentros de la Champions, pero sí se siguen disputando las eliminatorias coperas. Un fracaso ante el Olimpic de Xàtiva puede ser su tumba por el desprestigio que supondría y porque se quedaría sin jugar hasta finales del mes de febrero, que es cuando se disputan los octavos de la Liga de Campeones.

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