Cassano, uno de los mayores talentos del fútbol italiano, decide colgar las botas

  • Anunció su retirada tras realizar una prueba de una semana con el Virtus Entella, un club de la Tercera División italiana.
Antonio Cassano (2-d) con el Entella durante un amistoso con el ASD Rivarolese el miércoles 10 de octubre en Chiavari (Italia). EFE/Franco Bolzoni
Antonio Cassano (2-d) con el Entella durante un amistoso con el ASD Rivarolese el miércoles 10 de octubre en Chiavari (Italia). EFE/Franco Bolzoni
Antonio Cassano (2-d) con el Entella durante un amistoso con el ASD Rivarolese el miércoles 10 de octubre en Chiavari (Italia). EFE/Franco Bolzoni
Antonio Cassano (2-d) con el Entella durante un amistoso con el ASD Rivarolese el miércoles 10 de octubre en Chiavari (Italia). EFE/Franco Bolzoni

Antonio Cassano, uno de los mejores talentos del fútbol italiano, colgó este sábado las botas a los 36 años "sin remordimientos", tras una carrera en la que llegó a jugar por equipos como el Real Madrid o el Milan y en la que pudo alcanzar cumbres de rendimiento aún más altas de no ser frenado por un carácter controvertido.

Cassano anunció su retirada tras realizar una prueba de una semana con el Virtus Entella, club de la Tercera División italiana, y reconocer que ya no tiene la determinación suficiente para entrenar con continuidad, en una carta difundida en Twitter.

Nacido en Bari (sur) en la noche de 1982 en la que la selección italiana ganaba en Madrid la tercera Copa del Mundo de su historia, Cassano siempre aseguró con orgullo que se formó futbolísticamente jugando en las callejuelas de los barrios populares de su ciudad.

El "talento de Bari Vecchia" (Bari Antigua) cumplió su sueño de debutar con el club de su ciudad en diciembre de 1999 y tardó apenas una jornada para estrenarse como goleador, con una diana al Inter que mostró al mundo del fútbol italiano todo su potencial.

Dupla con Totti

Dos años después, el Roma del técnico Fabio Capello, campeón de Italia, pagó 60 mil millones de liras (unos 30 millones de euros) al Bari para formar una pareja de enorme talento con su entonces capitán, Francesco Totti. En sus primeros años en la capital, Cassano consiguió su récord absoluto de goles en una temporada (18 en 39 partidos) y marcó además diez dianas en las copas europeas, antes de que su relación con la directiva y parte de la plantilla se estropeara.

Tras cinco intensas campañas vividas en Roma, Cassano salió del club en enero de 2006 para dar el gran paso en su carrera: firmó con el Real Madrid del técnico español Juan Ramón López Caro en una operación que rondaba los 5 millones de euros.

La carrera del italiano en el club blanco empezó de la mejor, manera, con un gol decisivo en los cuartos de final de la Copa del Rey contra el Real Betis, pero después de su brillante comienzo se abrió una página controvertida. La reputación de "chico terrible" desde sus años romanos se confirmó en el Real Madrid, club con el que fue protagonista de una serie de polémicas que terminaron perjudicándole.

Su falta de forma física le provocó el apodo de 'Gordito' entre los aficionados del Santiago Bernabéu y algunas bromas contra el entrenador del curso 2006/2007, Fabio Capello, resultaron determinantes para que terminara al margen de la plantilla.

El mismo Cassano admitió sucesivamente en varias entrevistas que desaprovechó la ocasión de su vida, tanto a nivel deportivo como a nivel económico, y apenas un año y medio después de firmar por los blancos, salió del club por la puerta de atrás.

El Sampdoria fue el equipo que le rescató y con el que Cassano dio una de sus mejores versiones: formó con el delantero Giampaolo Pazzini una pareja memorable que fue capaz de llevar a los genoveses hacia una clasificación a la fase previa de la Liga de Campeones.

Una vez más, tras un comienzo prometedor, el italiano volvió a ser protagonista de polémicas, como cuando en 2008, poco después de marcar el 2-2 ante el Torino, fue expulsado por protestar duramente al colegiado, hasta llegar a quitarse y lanzarle la camiseta.

Las denominadas 'Cassanate', referidas a sus actitudes polémicas, le acompañaron en toda su carrera, que siguió en el Milan, el Inter, el Parma, de nuevo el Sampdoria y el Verona, en 2017. Sin embargo, su etapa veronesa marcó la última gran 'cassanata' del italiano, que apenas ocho días después de oficializar su fichaje y de prometer un año ilusionante anunció en una rueda de prensa que prefería renunciar al contrato.

Tras un año sin competir, Cassano empezó el pasado lunes una semana de prueba con el Virtus Entella, aunque en pocos días se dio cuenta de que le falta la motivación necesaria para los esfuerzos que requiere ser futbolista. Terminó de esta forma la carrera de uno de los jugadores de más talento del fútbol italiano que, a pesar de los logros conseguidos, deja la sensación de que habría podido alcanzar mucho más de lo que efectivamente obtuvo.

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