Champions League, Borussia Dortmund 3-2 Málaga: las lágrimas más crueles de Europa

    • El equipo alemán marcó dos goles en el tiempo descuento que remontaron la eliminatoria.
    • Joaquín y Eliseu marcaron los tantos del equipo malacitano, en un partido casi perfecto de los de Pellegrini.

Cruel, inhumano, despiadado...se quedan cortos los adjetivos para calificar el final del partido en el Westfalenstadion. El Málaga, que había hechó un partido casi perfecto recibió dos goles en el tiempo añadido que dejó a toda la ciudad y jugadores llorando.

Las dos caras de la moneda, las aficiones del Borussia y las del Málaga, los jugadores del equipo alemán y los del equipo español. Todo dio la vuelta en dos minutos, los que van del 91 al 93.

El equipo de Pellegrini había planteado el partido a la perfección. La apuesta de jugar sin delantero centro le había salido bien, Joaquín que hizo de falso '9' adelantó a su equipo y ponía la eliminatoria de cara.

Todo estaba controlado, el Borussia apenas llegaba a la portería rival en la primera parte, pero Lewandowski empató el partido en el único error de la defensa malacitana.

La segunda parte comenzó con el Málaga sufriendo mucho más que en la primera parte. Lewandowsky recibía y prolongaba balones y Willy Caballero comenzaba a salvar a su equipo. Todo Málaga sufría y veía peligrar la eliminatoria.

Pero poco después Eliseu desequilibraba el partido con un gol en fuera de juego a pase de Baptista y todo se ponía de cara. Málaga era un fiesta porque quedaban 10 minutos para que el equipo se metiera en semifinales. Nadie del Borussia creía en la remontada, ni siqueira creaban peligro.

Klopp decidió meter jugadores altos para ganar los balones aéreos y ahí hizo mucho daño al Málaga, que se puso nervioso por primera y única vez en el partido. En el minuto 91 Reus empataba y en el 93, a falta de escasos segundos para que el Málaga alcanzara la gloria, Santana marcó el tercero de los alemanes en claro fuera de juego.

Los jugadores malacitanos se echaron al suelo, unos levantaban la mano, otros bajaban la cabeza, los del Borussia corrían hacia ningún lado, pero a la vez hacia la victoria. Ya no había tiempo para más. Los 3.000 aficionados del Málaga que apoyaron incondicionalmente a su equipo quedaron en silencio y las lágrimas comenzaron a caer. Con el pítido final los que lloraban eran los jugadores.

Hasta aquí ha llegado el Málaga, el fútbol puede ser precioso o muy cruel. Al equipo de Pellegrini le toco saborear la cara más amarga, pero cuando pase el tiempo sabrán valorar como se merece el haber llegado hasta los cuartos de final en su primera participación europea.

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