40 millones pesan mucho. Luka Modric no estaba realizando mala temporada, pero su rendimento a ojos de de los aficionados blancos resultaba pobre. No había sido decisivo en ningún partido hasta ahora. Pero siete minutos le bastaron para empezar a amortizar el dinero que el Madrid pagó por él al Tottenham.
Sus números no eran decisivos en el juego. Llevaba tan solo un gol en toda la temporada, al Zaragoza y había dado dos goles en más de 20 partidos disputados con la camiseta blanca. Eso sí, la última asistencia que dio fue a Sergio Ramos hace 4 días y valió para derrotar al Barcelona.
Comparándo su juego con el de Ozil o Xabi Alonso en el centro de la cancha del Real Madrid no le valía para ser titular. Con esa vitola de suplente, saltó al campo en el minuto 59 para sustituir a Arbeloa. El Madrid iba por detrás, necesitaba un gol imperiosamente y el croata entendió que era el momento de justificar su fichaje.
Siete minutos después de entrar cogió un balón lejos de la portería pero vio el hueco por donde chutar, pegó un zapatazo que no se lo esperaba nadie y De Gea nada pudo hacer ante un balón pegado al palo.
El Madrid ponía la primera piedra para remontar y Modric la primera para ser decisivo en el Real Madrid y demostrar que 40 millones no siempre son muchos por un futbolista, si este rinde.
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