China opta por Lippi para resucitar a su selección

Un campeón del mundo para saciar las ambiciones del fútbol chino: el italiano Marcello Lippi, ganador del Mundial-2006 con la Azzurra, fue nombrado este sábado seleccionador de China, con la primera misión de enderezar el rumbo de un equipo a la deriva.

Lippi, de 68 años, llega en sustitución de Gao Hongbo, que dimitió el 11 de octubre luego de una derrota por 2-0 ante Uzbekistán en la fase de clasificación para Rusia-2018.

El prestigio del técnico italiano es inmenso, pero la tarea que le espera no lo es menos.

China, 84ª selección del mundo, es última en la llave A de la zona Asia, por detrás de Irán, Uzbekistán, Corea del Sur, Siria y Catar.

El presidente del país, Xi Jinping, gran aficionado al fútbol, prometió hacer todo lo posible para que China participe en la competición, organice el torneo, y consiga algún día proclamarse campeona del mundo.

Pero por el momento, Lippi debe enderezar el rumbo en la fase de clasificación y mejorar el nivel de la selección del país, como ya hiciera entre 2012 y 2014 con el Guanghzou Evergrande.

Bajo sus órdenes, el club del grupo inmobiliario Evergrande había conquistado tres títulos consecutivos de campeón de China y una Liga de Campeones de Asia, la primera desde 1990 para China.

Es con ese mismo club con el que el veterano técnico italiano se había comprometido para dirigirlo este invierno (boreal), con un contrato calificado como "faraónico" por la prensa italiana, antes de que las autoridades chinas lo propusieran para el equipo nacional.

La Federación italiana había pensado en él recientemente para incluirlo en el cuerpo técnico de la Federación, como director de selecciones, formando tándem junto al seleccionador Giampiero Ventura, pero la labor de representación de jugadores de su hijo Davide creó un conflicto de intereses que desbarató el nombramiento.

La selección italiana y la Juventus de Turín marcaron la carrera de Lippi, técnico meticuloso y táctico, cuyo "único pesar es no haber vestido nunca la elástica 'azzurra'".

Dio a Italia en 2006 su cuarto Mundial, en la famosa final del cabezazo de Zidane a Materazzi.

Su retorno de 2008 a 2010 fue más infeliz, con una eliminación en primera ronda del Mundial de Sudáfrica.

Dirigió también en dos períodos a la Juve (1994-1999 y 2001-2004), logrando cinco Scudettos y una Liga de Campeones (1996), y perdiendo tres veces la final de la máxima competición europea de clubes (1997, 1998 y 2003).

Aunque desde 2010 sólo ha dirigido en China, sigue siendo un técnico reputado y con un currículo a la altura de muy pocos.

Los clubes chinos han sido noticia los últimos meses por los grandes desembolsos efectuados para hacerse con los servicios de jugadores como Hulk, Gervinho o Ezequiel Lavezzi.

Además, numerosos empresarios del país han invertido en clubes europeos, especialmente en Italia.

Pero hasta el momento, el poderío económico no ha servido a la selección del gigante asiático para hacerse con un nombre en el panorama fubolístico mundial.

"Hablando claramente, los jugadores chinos no son lo bastante buenos para clasificarse para un Mundial, y ningún entrenador puede hacer nada", explicaba la semana pasada a la AFP, Mark Dreyer, especialista de fútbol con sede en Pekín. Ahora le toca a Lippi demostrar lo contrario.

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