Chris Horner, a la "vejez", etapa y maillot rojo

  • El estadounidense Chris Horner (Radioshack), el corredor más veterano del pelotón internacional, dio el golpe más importante en su dilatada vida profesional adjudicándose la tercera etapa de la Vuelta, que le supuso, además, enfundarse la camiseta roja de líder.

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Carlos de Torres

Mirador de Lobeira (Pontevedra), 26 ago.- El estadounidense Chris Horner (Radioshack), el corredor más veterano del pelotón internacional, dio el golpe más importante en su dilatada vida profesional adjudicándose la tercera etapa de la Vuelta, que le supuso, además, enfundarse la camiseta roja de líder.

A la vejez, victorias. En octubre cumplirá 42 otoños, edad en la que mayoría de los ciclistas llevan varias temporadas retirados. Pero este americano que ama "la bici y el ciclismo" nacido en Okinawa (Japón) debido a que su padre era mecánico del ejército americano, sorprendió en el último kilómetro de ascenso al Mirador de Lobeira con un ataque que le permitió presentarse en solitario en meta.

Horner fue el más poderoso en la tercera jornada que unió Vigo y el Mirador de Lobeira, sobre Vilagarcía de Arousa a través de 184 kilómetros. Obtuvo su primera victoria en una grande ante los ilustres de la Vuelta.

Se adelantó a Alejandro Valverde (Movistar) y a "Purito" Rodríguez (Katusha) en tres segundos, y éstos, en su guerra por la general, aún sacaron el mismo tiempo al italiano Vincenzo Nibali (Astana), que cedió la prenda roja. Las bonificaciones acercaron al murciano a 18 segundos del italiano. Otro paso, pequeño, pero significativo, ya que el "tiburón" parece tener cierta alergia a los finales explosivos. Y quedan 10.

Una etapa con viento de cara en muchos kilómetros, una fuga consentida y una caza anunciada para empezar una nueva aventura en el punto caliente del recorrido, el ascenso final al inédito Mirador de Lobeira, una subida de tercera de 4,8 kilómetros al 5 por ciento de desnivel. No se trataba de una pared, sino de una subida tendida que daba opción a otros corredores que no fueran los favoritos.

Hasta 33 de meta, cinco corredores se encargaron de abrir camino, entre ellos el uruguayo Fabricio Ferrari (Caja Rural), segundo de esta nacionalidad en disputar la Vuelta tras Héctor Roldán, en los 80. Junto al suramericano entraron los españoles Pablo Urtasun (Euskaltel), Vicente Reynes (Lotto), el francés Cyril Bessy (Cofidis) y el italiano Luca Dodi (Lampre).

Nada preocupante para el pelotón, centrado en resolver al final. Más preocuparon un par de caídas. En la segunda el colombiano Sergio Henao se llevó un buen susto, como otros, como Mikel Nieve (Euskaltel) y el holandés Bauke Mollema (Belkin), que quedaron cortados en el accidente.

Hasta el pie del monte que se eleva 298 metros por encima de Vilagarcía de Arousa, el Cannondale de Ivan Basso impuso su ritmo, pero de nada sirvió cuando la carretera se levantó. Juan Antonio Flecha (Vacansoleil), escapista habitual, trató de sorprender, pero obtuvo respuesta del campeón de Italia, Ivan Santaromita (BMC), quien ganó metros.

Un espejismo, pues enseguida se levantó de la bici el "abuelo" Horner, con un entusiasmo de juvenil, atrevido y decidido. El americano lanzó su baza a 900 metros de la pancarta y ya nadie le vio el pelo, entre otras cosas porque luce una reluciente calva.

Levantó los brazos en vencedor. La gloria ante sí después de 18 años de profesional y pasar por 10 equipos. Un trotamundos formado en el ciclismo francés con más moral que el Alcoyano, que no duda en bromear al afirmar que puede "ganar la Vuelta".

Su año glorioso fue el 2010, con su victoria en la Vuelta al País Vasco y el décimo puesto en el Tour, por delante de su jefe de filas y compatriota Lance Armstrong. Un año después, en el Tour 2011, salvó la vida con una caída que le produjo una seria conmoción cerebral y rotura de nariz.

En el Monte Lobeira, a un paso del monumento a las víctimas del mar y de una placa que recuerda a los marineros muertos en el hundimiento del buque británico "Serpent" vivió un dulce sueño.

Nunca es tarde si queda ilusión. A primeros de año estuvo a punto de la retirada definitiva por una lesión de rodilla que se produjo tras caerse en la Volta a Cataluña. Pero como el buen vino mejora con el tiempo, y ahora se ve de líder de la Vuelta, de rojo, delante del irlandés Roche y de Nibali.

La Vuelta, con la general apretada, se marcha al fin del mundo con la cuarta etapa entre Lalín y Fisterra. El recorrido, de 189 kilómetros, incluye el Mirador de Ézaro y una explosiva cuesta final donde los favoritos pueden verse las caras.

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