Cinco jugadores cubanos de baloncesto desertan en Puerto Rico

  • Cinco integrantes de la selección de baloncesto de Cuba han desertado hoy en Puerto Rico, donde su equipo participa en el Centrobasket.

San Juan, 19 jun.- Cinco integrantes de la selección de baloncesto de Cuba han desertado hoy en Puerto Rico, donde su equipo participa en el Centrobasket.

Enrique Ramos, Leonel Batista, Ismael Romero, Juan Pablo Piñeiro y Yudniel Pérez son los cinco jugadores que han desertado, según informó el presidente de FIBA Américas, el argentino Alberto García, a la edición digital de Primera Hora, tras recibir confirmación del presidente de la Federación Cubana de Baloncesto, Ruperto Herrera.

García indicó que la selección cubana continuará en el torneo, que comenzó el lunes y se extenderá hasta el próximo domingo en el Coliseo de Puerto Rico José M. Agrelot de San Juan y que concede cuatro plazas para el próximo Premundial.

Cuba jugó el lunes en la apertura del torneo, encuentro que perdió 80-68 frente a Bahamas, y en el que su mayor anotador, fue Pérez, con 19 puntos, mientras que su compañero Yoan Luis Haití logró 14 tantos y atrapó nueve rebotes.

Otros deportistas cubanos han aprovechado en los últimos años su estancia en Puerto Rico para desertar, como en 2009 cuando el jugador de voleibol Leonardo Leyva desapareció de la concentración de su equipo mientras participaba en el campeonato Norceca.

En 1993, durante los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Ponce, los baloncestistas Lázaro Borrel y Andrés Guibert, entre otros atletas, desertaron de la delegación cubana.

El Torneo Preolímpico de Las Américas en San Juan, en 1999, fue aprovechado por los jugadores Ángel Caballero y Juan Carlos Herrera, hijo de Ruperto Herrera, para desertar.

Puerto Rico es un Estado Libre Asociado parte de los Estados Unidos, por lo que los cubanos que pisan la isla caribeña (pies secos) pueden acogerse a la ley de Ajuste cubano.

La norma, firmada por el presidente Lyndon Johnson, concede asilo político que da acceso a residencia al cabo de un año y un día, a diferencia de los inmigrantes que lo intentan pero no pisan EE.UU (pies mojados), que son deportados.

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