Con Ibrahimovic no hay dudas

  • El sueco es el delantero que mejor comienzo goleador ha tenido en toda la historia del Barça
Ibrahimovic celebra el primer gol con Keita y Henry
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En Barcelona ya no quedan escépticos. A los que aún les rechinaba el trueque con Eto'o y echaban de menos al camerunés han claudicado. Ibrahimovic, sin hacer ruido, está demostrando el nivel que se le presumía, el de una superestrella. Ibra lleva cuatro goles en cuatro partidos, el mejor comienzo de un delantero en la historia del club, y ya no es un extraterrestre en la perfecta maquinaria azulgrana.

El sueco se ha situado al nivel del resto de cracks. Participa, le buscan, la toca, asiste y remata. Ayer estrenó el marcador, de cabeza, aprovechando sus centímetros, pero lo mejor fue el pase de gol que le envolvió a Piqué. Con un balón enredado en el área Ibrahimovic hizo magia. Cinco defensas del Racing le rodeaban y la solución de la jugada para cualquiera de los mortales parecía clara: la pelota para alguno de los defensas. Pero no. Al sueco abrió la caja de los recursos y utilizó uno que le encanta y que ejecuta con bastante asiduidad. El tacón. Con potencia, por sorpresa, golpeó con el tacón de su bota y pum, se deshizo de los cinco rivales y dejó sólo a Piqué delante de Toño. El defensa le debe tres cuartos del gol.

En el juego invisible, el que por la tele apenas se ve, Ibrahimovic también es brillante. Es constante en los desmarques y en la presión, que ejecuta por él y por Henry. El francés se menea poco a la hora de empezar a defender. Su facilidad para arrastrar defensas y fijarlos abre espacios que para el fútbol de toque del Barça son autopistas. De eso se aprovecha Messi, Xavi, Alves, Henry, Keita…

Guardiola no ha tardado nada en evangelizar al que decían era un jugador introvertido y difícil. Ibrahimovic parece comprometido, convencido de su rol y encantado con el fútbol que ejecuta el Barça. Los elogios del técnico no han tardado en llegar. Y van dirigidos precisamente a lo que el ojo no ve, es decir al trabajo oscuro que hace el sueco entre los defensas.

La noche de Ibra se afeó con la lesión, parece que no grave, que sufrió en el tobillo derecho. Se le quedó clavado en la hierba. Se tuvo que ir del campo.

 

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