El récord mundial de España continúa engordando. Con el de Lituania, ya son 19 partidos consecutivos en fases de clasificación a una Eurocopa o un Mundial en los que La Roja sale victoriosa. La gesta se inició el 12 de septiembre de 2007 en Oviedo. Los últimos cinco triunfos han sido en la fase actual de clasificación para la Eurocopa 2012 en Polonia y Ucrania. El último, sin embargo, costó más de lo esperado por un enemigo extra: el terreno de juego.
Que un césped, por llamarlo de alguna manera, como el del estadio de San Darius y San Girenas sea apto para disputar un partido internacional de selecciones es un misterio que debería investigar Íker Jiménez. Para un equipo como el español, amante del buen trato del balón, del célebre tiqui taca, no puede haber nada más molesto que jugar en un terreno de juego donde el balón salta como un conejo en vez de rodar sobre el tapete.
En un campo tan infame, no hubieran extrañado goles extraños fruto de rebotes insospechados. Y de hecho los hubo, pero a favor del césped hay que decir que las dos primeras dianas visitantes no fueron por su culpa. Xavi Hernández adelantó a España con un disparo desde fuera del área que dio en la espalda de un central lituano, Skerla. El balón salió despedido dibujando una parábola que soprendió a Karcemarskas, ligeramente adelantado. Xavi, uno de los futbolistas más exquisitos jugando al fútbol que hay en el planeta, marcaba de churro en su partido 101 con la selección. Con ese tanto, el encuentro se ponía cuesta abajo para España, que podía controlar el juego arriesgando lo justo.
Tres goles en la segunda parte
Así fue hasta que a Stankevicius, jugador del Valencia, le llegó un balón en un mal despeje tras un rebote (alguno tenía que haber en la jugada). El defensa empalmó el balón según le llegaba desde lejos y su obús superó a Casillas, que nada pudo hacer para evitar el tanto local. Un golazo. El portero del Real Madrid apenas ha tenido trabajo en los dos últimos choques de la selección, pero ha recibido sendos goles con disparos de rivales desde su casa.
El nerviosismo, si lo hubo, apenas duró 13 minutos. En el 69, un centro desde la izquierda Mata, que había salido minutos antes, lo remató en la propia portería el otro central, Kijanskas, en su afán porque el balón no llegase a Fernando Llorente, que tenía la caña preparada. Otro gol de rebote y ahí acabaron las esperanzas lituanas, que todavía recibirían un tercer gol, un golazo, de Juan Mata, tras una jugada colectiva que culminaron David Silva con su pase y el valencianista con su sutil remate. La mejor acción del partido, una nueva obra de arte de los bajitos de La Roja.
Hasta en los patatales España puede dar lecciones de fútbol. Por este motivo, es campeona de Europa y del mundo, pero sin duda, mejor que los próximos partidos sean en terreno de juego dignos de ese nombre. No siempre los rebotes van a ser favorables como en la noche en la que se jugó en el "Playas Arenas de Kaunas", nombre irónico con el que los futbolistas de Vicente del Bosque habían bautizado al campo.
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