Copa del Rey, Real Madrid 1-1 Barcelona: ¿por qué los azulgranas no supieron matar el partido?

El Barcelona se presentó en el Santiago Bernabéu con la idea de crear juego desde el principio, pero se vio sorprendido por el Real Madrid, que le tuvo contra las cuerdas en los 10 primeros minutos. Poco a poco se fue igualando el partido hasta que en el minuto 50 Cesc adelantó a su equipo. A partir de ahí los azulgranas pusieron la pausa pensando en la vuelta e incluso pudieron matar la eliminatoria al contraataque. Sin embargo Varane marcó cuando parecía que la victoría se iría a la Ciudad Condal.Pinto respondió perfectamente al examen del Bernabéu. Recibió un disparo de Cristiano en el primer minuto y lo sacó con una buena mano, aportó seguridad en los córners y en los disparos lejanos. En el gol no pudo hacer nada.En defensa el mejor fue Piqué, que a pesar de recibir tarjeta amarilla en el primer minuto fue el auténtico líder de la zaga. Los laterales no sufrieron demasiado en defensa, pero tampoco se decidieron a subir al ataque, eso sí, cuando se animaron lo hicieron con mucho criterio, de menos a más con el paso de los minutos.El medio campo del Barça no brilló como en otro partidos, pero le llegó para ganarle la posesión al Real Madrid. Busquets estuvo muy impreciso en el pase, aunque robó más de un balón peligroso a Ozil. Cesc marcó un gol y tuvo otros dos. Xavi falló una clara ocasión y lanzó una falta al larguero.Los tres delanteros estuvieron trabajadores durante el partido. Con el paso de los minutos el Real Madrid se abrió y el Barça manejó el balón cada vez más cerca del aréa rival. Messi estuvo apagado recibiendo el balón demasiado atrás y Pedro se perdió en una lucha con Arbeloa además de fallar una clarísima ocasión. El mejor de los tres fue Iniesta, que por momentos silenció al Bernabéu con su calidad. Cuando tuvieron la oportunidad de matar al Madrid no lo hicieron y eso en el Bernabéu se paga.El Barça fue de menos a más claramente en el partido, mejorando mucho sus prestaciones en la segunda parte gracias a Iniesta, que se creció tras el descano. Los rondos en el centro del campo terminaron de mermar físicamente a un Real Madrid que sólo creaba peligro con Cristiano, superado una y otra vez por un grandioso Piqué. Finalmente Varane pagó los errores en ataque del Barça con un cabezazo inapelable.