Cracovia, cruce de caminos hacia la conversión

  • La ciudad de Cracovia se ha convertido en una de las más activas de Polonia. En ella, tres selecciones, Holanda, Inglaterra e Italia se entrenan con el objetivo de conseguir la Eurocopa, todo un sueño para tres equipos que necesitan revivir viejas glorias pasadas. Cracovia en un cruce de caminos para todas ellas, necesitadas de una conversión.

Juan José Lahuerta

Cracovia (Polonia), 6 jun.- La ciudad de Cracovia se ha convertido en una de las más activas de Polonia. En ella, tres selecciones, Holanda, Inglaterra e Italia se entrenan con el objetivo de conseguir la Eurocopa, todo un sueño para tres equipos que necesitan revivir viejas glorias pasadas. Cracovia en un cruce de caminos para todas ellas, necesitadas de una conversión.

Hace tiempo que ninguna consigue un éxito internacional. La menos necesitada es Italia, que en 2006 ganó el Mundial de Alemania. Mientras, Inglaterra, desde 1966, cuando ganó su Copa del Mundo, no ha sumado ningún triunfo más. Y Holanda, sin suerte, no acaba de culminar una hazaña. Segunda en tres Mundiales, el último en 2010, consiguió la Eurocopa de 1988, su último éxito.

Ahora, seguramente que todas serían capaces de vender su alma al diablo para recuperar glorias pasadas. Algo parecido a lo que hizo el "bluesman" Robert Johnson, que en los años 30, a cambio de mejorar su técnica en la guitarra anunció que un día, en un cruce de caminos, pagó un precio a Lucifer a cambio del éxito. Un año después, se convirtió en un virtuoso, pero su tiempo de gloria duró poco. A los seis años de aquello apareció muerto en extrañas circunstancias, fruto tal vez del envenenamiento de un marido celoso.

De su pactó con el diablo alumbró canciones como "Me and the devil Blues" o "Crossroads blues". En ambas se cuenta aquel pacto que después fue terrible para su propia persona. "Esta mañana temprano llamaste a mi puerta. Esta mañana llamaste temprano a mi puerta. Y yo dije: 'Hola Satán, ha llegado la hora de partir'", rezaba la primera canción.

Ahora, Holanda, Italia e Inglaterra podrían estar llamando a esa puerta insistentemente. De momento, deberían hacerlo para acabar con sus problemas y para lograr títulos olvidados. En Italia, por ejemplo, no se acaban las lesiones y los casos de los amaños de partidos en el Calcio sobrevuelan por la concentración de Prandelli. En Inglaterra las bajas hacen mella. Y en Holanda, parece que el gafe de la mala suerte no para. Casi siempre acaba siendo una "segundona".

Pero ahí está Cracovia, una ciudad aparentemente sin importancia pero clave en la Eurocopa. Situada en los márgenes del río Vístula, con una población de 760 mil habitantes (casi tres millones sumando su área metropolitana) Cracovia no es una ciudad de las denominadas "sede". En ella no se juegan partidos, pero en ella, tres de los mejores equipos del campeonato se entrenan a diario.

La última en llegar ha sido Inglaterra. Apareció hoy. Sus otras dos compañeras, Holanda e Italia ya llevan dos días disfrutando de Cracovia. Y es que, la población de esta localidad cuyo centro histórico fue declarado patrimonio de la Humanidad en 1978, se ha volcado con el fútbol.

En la primera sesión de trabajo de Italia 10.000 espectadores llenaron el estadio Municipal de Pilsudski. Lo mismo con el entrenamiento de Holanda, donde hoy 20.000 espectadores presenciaron el día de trabajo de la "oranje". La ciudad, se vuelva, y es hora de alcanzar un pacto.

Y no tiene por qué acabar mal. Eric Clapton, con el grupo Cream, versionó en los años 60 el Crossroads de Robert Johnson. Y está vivo. También Mick Jagger, que provocó con su "Sympathy for the devil": "Por favor, permíteme presentarme, soy un hombre de riqueza y buen gusto. Estuve por aquí durante un largo, largo año. Robé el alma y la fe de muchos hombres".

Tal vez birló la de Robert Johnson, cuyo pacto no se saldó con un éxito rotundo. Pero sí el de Clapton y Jagger. Pagaron un pequeño precio por él. Décadas después, parecen inmortales. Holanda, Inglaterra e Italia buscan esa inmortalidad en los tiempos, ser recordadas por un título, la Eurocopa de 2012. A lo mejor venden su alma al diablo para ello. Lo harán en Cracovia, un cruce de caminos.

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