Cristiano Ronaldo, Bebé, Neymar, Mario Suárez y Parejo

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Roberto Morales

Madrid, 25 ene.-

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-- CRISTIANO RONALDO.

Perdió en una mala tarde meses de campaña de buen comportamiento para alejarle de la fama de jugador díscolo, la que le convirtió en persona non grata en el resto de estadios de la geografía menos el Santiago Bernabéu. Pero Cristiano Ronaldo es así. Su competitividad, su elevadísimo nivel de exigencia, las ganas continuas de seguir creciendo. En Córdoba se vio tan alejado de su verdadera imagen que perdió los papeles.

Dejó una agresión que no fue vista por los colegiados y minutos después un nuevo golpe a un rival que plasmaba su frustración. Peor que el calentón que puede sufrir cualquier futbolista con el pulso disparado dentro de un terreno de juego, fue su retirada del campo, limpiando la escarapela de campeón del mundo de su camiseta, con un mensaje desagradable que trasladar a la afición de un club modesto. Cristiano dejó una celebración poco apropiada para el escenario de su último Balón de Oro y ahora sacó los pies del tiesto. Un parón por la sanción que recibirá le vendrá bien, física y mentalmente.

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-- BEBÉ.

El Córdoba recibió un duro castigo a su partido ante el campeón del mundo. Con Miroslav Djukic compite como equipo, con refuerzos en el mercado invernal que provocan que brille la individualidad en momentos del partido. Ante el Real Madrid los focos se dirigieron hacia Tiago Manuel Dias Correira, conocido como Bebé, un portugués cuya carrera iba lanzada hasta que una grave lesión de rodilla le frenó en seco.

Su historia es rocambolesca. Huérfano desde los doce años, pasó diez en un orfanato de Lisboa. Brilló en el fútbol de las calles, irrumpió con fuerza en el Guimaraes y provocó el rápido fichaje del Manchester United, con portugueses como Cristiano Ronaldo y Nani que jugaban también por banda como precedentes. La desgracia en forma de lesión le frenó. Sus cesiones a Pazos Ferreira y Benfica preceden su llegada a Córdoba, el sitio marcado para su resurrección. Su recital ante el Real Madrid no deja dudas de sus posibilidades. Volvió loco a Marcelo que nunca pudo con su velocidad. Fue el jugador de un partido visto en todo el planeta.

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-- NEYMAR.

Su actuación en Elche fue tan brillante como su humildad ante el micrófono. "Es un placer jugar junto a mi ídolo", dijo Neymar sobre el argentino Lionel Messi. Lejos de un pulso de poder, la gran estrella de la selección más laureada de la historia, Brasil, se puso al servicio del que siente verdadero jefe del club. Todos lo tienen asumido y es la mejor forma de que el Barcelona comience a rodar al nivel esperado.

Neymar está realizando su mejor temporada en España. Desequilibra cada partido, golea y asiste. Deja jugadas que se repiten sin que el espectador se canse de ver el gesto técnico por internet, de dibujos animados, y su poder en el fútbol azulgrana va incrementando. En Elche dejó un recital. Define con una facilidad pasmosa, tanta como la invención en la creación de jugadas y su generosidad en el pase. De momento se conforma con jugar para el que define como su ídolo, Messi, pero todos saben que es su digno heredero del trono.

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-- MARIO SUÁREZ.

Cuando estaba más cerca su salida del club que su continuidad en el Atlético de Madrid llega una reivindicación inesperada de Mario Suárez. Lleva un mes de enero sobresaliente, en el mejor momento físico de su campaña en cuanto ha tenido algo de continuidad de Diego Pablo Simeone y lo muestra en el centro del campo del vigente campeón de Liga.

El Vicente Calderón, que él mismo comenzaba ya a añorar con la mente más fuera que dentro y pensando en iniciar una aventura extranjera, disfrutó ante el Rayo Vallecano de un centrocampista que al músculo y su poder de destrucción añadió una noche de buen juego para el equipo. El resto de sus compañeros se benefician de su estado. Simeone, que le apartó de golpe la confianza que le hizo internacional esta temporada, sabía que era el momento de recuperarle o perder a un futbolista que ha demostrado ser válido en la columna vertebral rojiblanca. Ante su resurrección puede llegar la salida de un joven valor como Saúl Ñíguez.

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-- DANI PAREJO.

A Dani Parejo siempre se le ha exigido dar un paso al frente para confirmar todo lo que apuntaba en la cantera del Real Madrid. Pasó de ser joven perla, admirada y apadrinada por don Alfredo Di Stéfano, a un jugador que tuvo que demostrar más que el resto para afianzarse en la elite. En Valencia ha encontrado el sitio perfecto para lograr sus metas. Ya ejerce de perfecto capitán y su influencia en el juego se ha multiplicado según ha ido cumpliendo años.

Firmó un doblete decisivo para saborear la revancha que el fútbol siempre ofrece. Al Sevilla se le tenía muchas ganas en Valencia, apeados en el último suspiro de la última edición de la Liga Europa. Parejo ya es el centrocampista más goleador de la Liga y el máximo artillero de un equipo con la dinamita de Álvaro Negredo, Paco Alcácer o Rodrigo. Su techo aún lo tiene lejos.

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